Un día cualquiera, o casi, en México: Rogelio Calderón Castro, agente anti tráfico de drogas, fue acribillado -ocho impactos de bala- cuando viajaba en coche en Ecatepec; Jesús María Elizalde Moreno, subcomandante de la policía de Rosario, en Baja California, fue ejecutado en su propio coche, en la carretera a Tijuana, por un grupo de individuos que le venían siguiendo en varios coches; en Sinaloa un agente de la policía ministerial fue tiroteado a la una de la tarde y murió desangrado en plena calle; en Durango, durante un baile, siete personas fueron asesinadas por un grupo armado; también en Sinaloa, en San Dimas, encontraron dos cadáveres en el interior de una furgoneta; y por fin, en Guerrero fueron hallados cuatro cuerpos, uno de ellos en el maletero de un coche.
En total veinticinco asesinados en solo un día.
Ayer también se confirmó que los restos encontrados en Tlalpan, Mexico DF, pertenecen a la joven Silvia Vargas, secuestrada hace un año y tres meses cuando iba al colegio; sus secuestradores pedían más de 2 millones de pesos a cambio de su libertad, pero éstos ya la habían asesinado hace mucho tiempo. El secuestro se atribuye a “Los Rojos”, una banda organizada de delincuentes cuyo líder, Raúl Ortiz, se ha escapado del control de las autoridades ya en dos ocasiones: en marzo de 2000 se fugó del penal de Chilpancingo, Guerrero, en el que estaba cumpliendo condena y el 27 de septiembre pasado, cuando la policía federal lo detuvo cuando iba a cobrar una extorsión, se volvió a fugar aprovechando que le estaban haciendo un reconocimiento médico en un hospital. Se sospecha de la banda porque Óscar Ortiz, hermano de Raúl, fue durante dos años el chofer de Nelson Vargas, el padre Silvia.
El día podía haber sido incluso peor pues un grupo de delincuentes tiroteó una sede de la policía en la que había al menos cuatro agentes.
Y algo así se repite cada día.
Lo peor, según manifestó recientemente el Presidente de la República, es que la mitad de los policías, “no son recomendables”. De once mil agentes de nuevo ingreso en la Policía federal, evaluados en un programa ad hoc recientemente implantado por el Centro de Control y Confianza, el 49.4 % resultaron “no recomendables”. El nivel de “no recomendables” a nivel municipal llega al 61.6 %. Las peores policías son las de Baja California y Zacatecas con un 88.9 % y un 70.7 % de agentes inadecuados.
El presidente Felipe Calderón dijo que no tolerará funcionarios públicos corruptos y pretende transformar de raíz las policías de México: “no descansaremos hasta que México sea el país seguro y libre que queremos que sea “.
México tiene una tasa de casi once asesinatos por cada cien mil habitantes. En este año, el crimen organizado ha provocado casi cuatro mil muertes; cada día, de promedio, hay dos secuestros.
Se debe parar esto a cualquier precio sino se quiere llegar a ser un estado fallido. Y se parará, cueste lo que cueste si se lucha con la determinación que se está haciendo ahora.
¡Suerte en el empeño!
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