Los ticos consideran, no sin razón, que son lo mejor de Centroamérica. El país es maravilloso. Tiene una diversidad biológica espectacular y hay una gran sensibilidad medioambiental entre la población. Son muy acogedores y hospitalarios. En los servicios son extraordinariamente amables y educados. En fin: ¡da gusto estar aquí!
Costa Rica no tiene ejército desde que la Constitución de 1949 lo abolió. Es una democracia bien consolidada, estable políticamente, que tiene el mejor índice de desarrollo humano de Centroamérica. Costa Rica consiguió consolidar un relativo estado de bienestar en los años 60 y 70 del siglo pasado, cuando tuvo un fuerte crecimiento económico que permitió subir el gasto social, consiguiendo mejorar el nivel de vida de la población, con la sanidad y la educación gratuita a cargo del estado. El analfabetismo, la esperanza de vida y la tasa de mortalidad infantil, son mucho mejores que las del resto de América Latina.
Costa Rica ha tenido desde hace siempre un sistema con dos partidos alternándose en el poder -PLN, socialdemócrata, y PUSC, neo liberal-. Pero el prestigio de los partidos tradicionales se ha visto muy desgastado porque, hasta tres ex presidentes del gobierno han sido procesados por corrupción, lo que ha generado la aparición de un nuevo partido el PAC –una escisión del PLN- que en las elecciones de Febrero de 2006, ha pasado a ser la segunda fuerza política. El Presidente Arias, que está en su segundo mandato, es del PLN, pero para poder sacar adelante las necesarias reformas que precisa el país necesita el apoyo del PAC, opuesto a la mayoría de ellas.
La electricidad, el carbón, el gas, el petróleo, la fabricación de alcohol, los servicios de telecomunicaciones, el agua, los ferrocarriles, puertos, aeropuertos, y los seguros son del Estado por mandato constitucional. Hay muchos entes autónomos -Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), el Instituto Nacional de Seguros (INS), y la Junta de Administración Portuaria y Desarrollo de la Vertiente Atlántica, etc. -, que son agencias estatales. En estos sectores sólo pueden actuar empresas privadas en régimen de concesión temporal. Esto resulta ineficiente, y la desaparición o conservación de este sistema está en el centro del debate nacional. Lo probable –seguro- es que haya privatizaciones. Otro de los debates nacionales es el Tratado de Libre Comercio con EEUU, Centroamérica y la República Dominicana (CAFTA-RD), que desde 2004 sigue pendiente de ratificación.
Desde los 80 Costa Rica –que perseguía una cierta autarquía- apoyó la apertura y la internacionalización de su economía apoyando la inversión extranjera directa (IED). Costa Rica mantiene acuerdos con México, República Dominicana, Chile, Canadá o Trinidad y Tobago. El paro está en un nivel no muy alto, pese a la inmigración legal e ilegal procedente de Nicaragua -un millón- y de Colombia -más cualificada, pero entre la que se cuela la delincuencia organizada-. Pero sigue habiendo muchísima pobreza.
La economía está en una relativa fase de crecimiento, apoyado en las exportaciones y la inversión, pero el consumo interno continúa estancado, debido fundamentalmente a la alta tasa de inflación, que no sólo se debe al petróleo sino que es estructural y tiene que ver con el alto gasto público, que provoca el déficit en las cuentas del estado y al déficit en la balanza de pagos. La producción agraria tiene mucho peso: café, plátanos, azúcar de caña, cacao, etc., aunque el sector industrial -agroalimentario y el manufacturero orientada a la exportación instalado en las zonas francas: textil, productos farmacéuticos y componentes electrónicos- crece fuertemente. El sector servicios el de mayor importancia, sobre todo turismo, pese a que banca y seguros, hasta mediados de los años noventa, han estado dominados por los monopolios estatales.
En los 90 la inversión directa extranjera hacia las zonas francas aumentó. EE.UU. es el principal inversor directo. El mejor ejemplo de estas inversiones es la enorme inversión de Intel en San José. España no invierte aún en Costa Rica como lo ha hecho en otros países latinoamericanos. Turismo y Telecomunicaciones, además de la Banca, pueden ser un campo abonado para la inversión española. La oportunidad de la progresiva eliminación de los monopolios y la necesidad de mejorar las infraestructuras, junto al imperativo de fomentar la entrada de capitales que tiene Costa Rica lo aconseja. A ver si se animan.
Gustavo Mata
Comentarios recientes