Estoy descansando estos días, con mi mujer, hasta el domingo 7 de Septiembre, en Cabo de Palos. He tenido un verano muy trabajado, entre mi viaje a Chile a primeros de Agosto para dictar clases en el Instituto Salud y Futuro de la Universidad Andrés Bello y los cursos de alta dirección de IEDE en Madrid para alumnos de los MBA´s de algunas de las Universidades latinoamericanas -UPC, Interamericana, UNITEC, UVM, UNAB- del grupo Laureate -al que pertenece también IEDE y la Universidad Europea de Madrid- y he estado muy liado.
Pero he tenido algunos días para disfrutar de mis cuatro nietos y de sus padres a los que no disfruto tanto como quisiera porque viven fuera de España todos ellos.
El imperativo de la permanente renovación de la vida hace que una vez que nos hemos reproducido pierda bastante sentido biológico nuestra existencia. Pero asistir al espectáculo de ver nacer y crecer a los hijos de tus hijos es algo más: es el más maravilloso postre para el banquete que para algunos privilegiados como yo está siendo la vida. Si excluimos a los nietos, lo mejor de la vida son los hijos. Pero además, cuando eres profesor tienes una legión de algo muy parecido a los hijos, los alumnos a los que les das clase, que consiguen que se prolongue el sentido de la existencia más allá de lo puramente biológico.
En fin, que tengo que dar “gracias a la vida que me ha dado tanto”, cada día.
Ha sido un gusto estar con todos vosotros: chilenos, mexicanos, hondureños, costarricenses, peruanos… Como os prometí, os dejo en el blog mis recetas sobre cómo hacer paellas con ingredientes americanos. No os va a salir a la primera pero con paciencia lograréis que cada ingrediente sepa a lo que debe saber y que el arroz sepa a todos a la vez.
Gracias a todos y un abrazo para cada uno.
Comentarios recientes