El blog de Gustavo Mata

Estrategia: Las reglas del juego en los negocios

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¿LAS FALLAS EN MANHATTAN?

Las fallas son una fiesta de contrastes, durante todo un año se construyen los más creativos y fantásticos monumentos, representando la vida con una visión extrema, histriónica, crítica, sarcástica y, a veces hasta grosera y zafia, porque tal vez la vida sea todo eso a la vez; pero en las fallas todo es cartón piedra, poliuretano, papel, pintura acrílica … y nada más; todo se crea para que finalmente el monumento arda, desaparezca, convirtiendo todo en humo y cenizas que enseguida los bomberos hacen desaparecer para que al día siguiente, aún con todo el mundo resacoso y melancólico, la vida siga. ¿Todo arde? No, un “ninot” es indultado y preservado del fuego cada año.

Lo ocurrido la semana pasada en Wall Street con la banca de inversiones me trae a la cabeza la imagen de una gigantesca falla que acaba de arder llevándose por delante, como -nunca mejor dicho- una inmensa hoguera de las vanidades, a la aristocracia financiera del planeta: la banca de inversión americana y su, por una parte glamurosa y por otra parte cuasi fraudulenta, forma de hacer negocios y de palear dinero en cantidades asombrosas. Los “ninots” indultados de esa falla: Goldman Sachs y Morgan Stanley, los dos supervivientes, cambiarán su estructura de banco de inversión para convertirse en bancos comerciales, o sea bancos normales, sometidos a regulación y supervisión minuciosa en su forma de hacer banca, como el resto de las entidades bancarias. Pero los otros “ninots” de la gigantesca falla que se construyó en el corazón financiero del mundo: Bear Stearns (desaparecido en marzo), Lehman Brothers (quebró la semana pasada) y Merrill Lynch (fue vendida in extremis a Bank of América) han ardido espectacularmente.

La banca comercial tiene menor rentabilidad, pero menos riesgo, y, sobre todo, debido a que se financian con los depósitos del gran público, tienen más regulación y más supervisión. Depende de la FED en lugar de la SEC. La banca de inversión sólo tiene depósitos derivados de la administración de grandes fortunas y se financian casi sólo en mercados de deuda. Pero parece que, al menos de momento, ese tipo de banca, que siempre tomaba mucho riesgo y que se financiaba con fuertes apalancamientos que multiplicaban los beneficios y que engordaban hasta el escándalo los bonus de los ejecutivos, ha pasado a la historia.

Esta falla que ha ardido no era de cartón ni de poliuretano. La gigantesca “cremá” se ha llevado por delante mucha riqueza, y no sólo eso, se ha llevado muchos falsos dogmas que nos habían inculcado los nuevos profetas del neoliberalismo sin control como si de verdades reveladas se tratara. Lo ocurrido es para Alan Greenspan, uno de los responsables, a mi entender, de lo ocurrido “la peor crisis del siglo».

Lo curioso del tema es que al que le ha tocado arrimar la cerilla al monumento ha sido a George W. Bush. Un epígono neoliberal dogmático. ¡Vaya fin de fiesta! el del mandato de Bush hijo. Pero bueno, parece que la historia se repite porque al que le tocó salvar a las cajas de ahorro estadounidenses de su quiebra en los últimos ochenta con otra intervención sin precedentes fue a Ronald Reagan.

Viva el neoliberalismo. ¿O no?

MICROECONOMÍA DE CONTRASTE PARA NEOLIBERALES CONVERSOS. LECCIÓN 8

MANUAL PARA NEOLIBERALES ARREPENTIDOS

Sacado del texto de tres páginas en donde se anuncia la mayor intervención de la historia de la economía de mercado

“(…) Sec 2. Compras de activos relacionados con hipotecas.

(a) El secretario [del Tesoro] está autorizado a comprar, (…) en los términos y condiciones que determine el secretario, activos relacionados con hipotecas de cualquier institución financiera que tenga su sede en EE UU.

(b) El secretario está autorizado a emprender las acciones que el secretario considere necesarias para llevar a cabo las medidas autorizadas en esta ley, que incluyen, sin limitaciones:

(1) nombrar a los empleados que sean necesarios (…) y definir sus obligaciones;

(2) firmar contratos, incluidos contratos de servicios (…) sin tener en cuenta ninguna otra disposición legal sobre contratos públicos;

(3) designar instituciones financieras como agentes financieros del Gobierno, que realizarán todas las tareas razonables derivadas de esta ley, (…) que puedan ser necesarias;

(4) establecer vehículos que estén autorizados y sujetos a la supervisión del secretario para comprar activos relacionados con hipotecas y emitir bonos; y

(5) elaborar las normativas y directrices que puedan ser necesarias o apropiadas para definir los términos y llevar a cabo las medidas autorizadas en esta ley.

Sec. 3. En el ejercicio de las autoridades otorgadas por esta ley, el secretario tendrá en consideración los medios para (1) proporcionar estabilidad o evitar perturbaciones en los mercados financieros y el sistema bancario; y (2) proteger al contribuyente.

Sec. 4. En el plazo de tres meses desde el primer ejercicio de los poderes concedidos en la sección 2(a), y con carácter semianual a partir de ese momento, el secretario informará a los Comités de Presupuesto, Servicios Financieros y Recursos de la Cámara de Representantes, y los de Presupuestos, Finanzas y Banca, Vivienda y Asuntos Urbanos del Senado, sobre los poderes ejercidos en virtud de esta ley y las consideraciones exigidas en la sección 3.

Sec. 5.

(a) Ejercicio de derechos. El secretario puede, en cualquier momento, ejercer cualquier derecho recibido (…).

(b) Administración de activos. El secretario tendrá autoridad para administrar los activos (…) incluidos los ingresos y riesgos de cartera derivados de ellos.

(c) Venta de activos relacionados con hipotecas. El secretario puede, en cualquier momento, con arreglo a términos y condiciones determinados por el secretario, vender, acordar préstamos de valores, transacciones de recompra o cualquier otra transacción financiera (…)

(d) Aplicación de Sunset [fin del periodo de vigencia de una ley extraordinaria] (…). La autoridad del secretario para conservar cualquier activo relacionado con hipotecas (…) antes de la fecha límite en la sección 9, o para comprar o dotar la compra (…) en virtud de un compromiso firmado antes de la fecha límite en la sección 9, no está sujeta a las disposiciones de la sección 9.

Sec. 6. Máximo importe de compras autorizadas. (…) No podrá superar la cantidad de 700.000.000.000 dólares (…).

Sec. 7. El secretario puede emplear los beneficios de las ventas de cualquier valor emitido en virtud del capítulo 31 del título 31 del Código Federal de Estados Unidos, y los propósitos para los que pueden emitirse valores en virtud del capítulo 31 del título 31 del Código Federal de Estados Unidos quedan ampliados para incluir las acciones autorizadas en esta ley, incluido el pago de los gastos de administración. Cualquier dinero gastado en acciones autorizadas por esta ley, incluido el pago de los gastos de administración, se considerará apropiado (…).

Sec. 8. Las decisiones del secretario (…) están libres de inspección, dependen de la discreción del organismo y no están sujetas a la inspección de ningún tribunal ni organismo del Gobierno.

Sec. 9. Los poderes otorgados por esta ley, con la excepción de los poderes otorgados en las secciones 2(b)(5), 5 y 7, quedarán rescindidos a los dos años de la fecha de entrada en vigor de esta ley.

Sec. 10. Aumento del límite estipulado para la deuda pública. (…..) 11.315.000.000.000 dólares [frente a los 10,6 billones actuales].

Sec. 11. Reforma del crédito. Los costes de las compras (…) en virtud de la sección 2(a) (…) se determinarán con arreglo a la Ley Federal de Reforma del Crédito de 1990, como sea apropiado.”

Lo mejor del asunto es el apoyo argumental al presentarlo: «Si el plan no se aprueba, que el cielo nos asista»; o «si no lo hacemos, habrá un desastre en los mercados». Ya estamos con la apelación al miedo como argumento.

MICROECONOMÍA DE CONTRASTE PARA NEOLIBERALES CONVERSOS. LECCIÓN 7

Ahora mismo no se atreve nadie; haría falta demasiado morro, pero más pronto que tarde volverán a parecer los dogmáticos neoliberales como aparecen las setas después de una lluvia en otoño. ¡Atentos! Nunca han faltado. Estimularán su aparición, una vez más, los cínicos, y lo harán en cuanto vuelvan a necesitar de su complicidad para poder volver a abusar de todos los ilusos; los ilusos que enseguida se creen las respuestas que los dogmáticos tienen para todo, aquellos débiles mentales que nunca piensan por sí mismos, los pobres hombres, los  que creen que sus problemas y los de la sociedad se pueden arreglar con un recetario, o con un libro más o menos sagrado, o con una teoría económica o social simplista proporcionada por el dogmático de turno – me da igual que sea el marxismo que el liberalismo -.

Ahora todos parecen inclinados a cambiar el sistema imponiendo de nuevo normas severas para controlar los mercados, pero insisto, pronto empezaremos de nuevo a ver a los predicadores de la no intervención en los cruces de los caminos largando sus sermones mientras que los sinvergüenzas al amparo de la relajación se vuelven a forrar a costa de los ilusos indefensos. Suelo decir que los dogmáticos “creen” y por eso no necesitan pensar; ya tienen las respuestas a todas sus posibles preguntas. Los escépticos no paramos de hacernos preguntas, porque no estamos seguros de nada; somos refractarios a los predicadores de verdades reveladas porque no renunciamos a lo más humano del hombre: sus dudas, su capacidad de poner todo en cuestión constantemente como único elemento de progreso en el conocimiento. Pero quedan los cínicos que, como ahora acaban de hacer, no tiene el menor recato en poner a los principios a trabajar para ellos. Si me van bien los dogmas los abrazo, si no me convienen apostato, cuando me vuelvan a convenir ya me convertiré de nuevo. Y mientras tanto los ilusos sin atreverse a mandar al cuerno los principios del dogma y a pensar por sí mismos porque ¡da tanta pereza dudar y preguntarse todo de nuevo cada día!

¿Por qué no se suicidan? Los muertos están muy tranquilos.

Los escépticos tal vez no somos tan felices como los ilusos pero no hay quien nos pueda manipular. Somos libres.

Para haceros pensar en quién se lo lleva crudo mientras el contribuyente financia la intervención, que por cierto no va a destinada a regalar las casas que los pobres hipotecados hasta las cejas no han podido pagar, como era previsible, sino a garantizar que los bancos que prestaron sin garantía cobren, os reproduzco algunos datos: los CEO´s de las dieciséis compañías más afectadas por la crisis ganaron en 2007, 334 millones de dólares (236 millones de euros), un 30% más que en 2005. Daniel Mudd de Fannie Mae tendrá derecho a una indemnización de 8 millones de dólares si le despiden; Richard Syron el de Freddie Mac casi el doble: 15 millones; John Thain de Merrill Lynch y sus dos lugartenientes, los que fichó hace algo más de un año cuando se hizo cargo del puesto, se van llevar 200 millones de dólares si les echan; Robert Willumstad de AIG que lleva sólo tres meses en el puesto se llevaría 7 millones.

¿Será verdad lo de que no hay cosa más tonta que un pobre de derechas? A veces pienso que mucha gente debe pensar que puede que sea igual de tonto que un rico sea de izquierdas.

Para terminar un consejo: no os echéis al monte que así tampoco se arregla nada. Pero que no os roben el pensamiento nunca más los dogmáticos, sean del signo que sean. Sed libres aunque sea incómodo, lo otro es un suicidio de la mente y de la voluntad.

Amén.

AVISO PARA INVERSORES INCAUTOS

Atención, algunos pueden pensar que después de la anunciada intervención de la administración americana ya se ve luz al final del túnel. Cuidado: Paul Krugman suele decir que lo que parece una luz al final del túnel es muchas veces un tren que se acerca a toda velocidad. Las bolsas han rebotado sí pero volverán a bajar, ya lo veréis. Nunca se ha salido de un ciclo bajista con un rebote de casi el 10 %.

MICROECONOMÍA DE CONTRASTE PARA NEOLIBERALES CONVERSOS. LECCIÓN 6

LOS PRINCIPIOS DE LA TEOLOGÍA NEOLIBERAL SE PUEDEN MANDAR AL LIMBO CADA VEZ QUE LOS INTERESES DE QUIEN LA DEFIENDE SE VEAN AFECTADOS

“Where have all the neoliberals gone, long time passing, Where have all he neocons gone, long time ago”

Eso podría cantar hoy Bob Dylan, al comienzo de este otoño sin flores y con los neoliberales en desbandada. ¿A dónde se han ido los predicadores de que el estado y su intervención en la economía eran el problema y no la solución?

Veamos el vertiginoso zig-zag reciente –ahora intervengo, luego no intervengo, después vuelvo a intervenir- de la Administración de George W. Bush. Primero, no hace un mes, interviene para impedir que las dos grandes hipotecarias -Freddie Mac y Fannie Mae, empresas que finalmente tenían una garantía pública desde su constitución, aunque fueran privadas- se hundan. Pero luego, después de un fin de semana en Wall Street lleno de intentos de que alguien se hiciera cargo del desastre de Lehman Brothers se vuelve a aplicar el principio del que la hace la paga y no se impide la quiebra. Claro, entendida la lección, inmediatamente después, Merrill Lynch es salvado in extremis por la compra de Bank of America. Claro que después del mensaje dado que no se puede acudir a salvar cualquier cosa, sin solución de continuidad, no queda otra que acudir al rescate de la primera aseguradora del mundo AIG a punto de quebrar.

Pero el problema es más grave: todos los ídolos de la hoguera de las vanidades de Wall Street están tambaleándose: Morgan Stanley, Goldman Sachs, HBOS, Washington Mutual… Y además las bolsas de todo el mundo se hunden. Los especuladores toman posiciones a la baja sobre todos los valores sospechosos. Todavía se hunden más. La FED no puede parar esto bajando los tipos que ya son casi 0. Y entonces Bush, se “cisca” definitivamente sin ambages en los principios neoliberales y anuncia la creación de una gran agencia que adquiera los activos tóxicos -¿quién será el agente tóxico que todo lo contamina me pregunto yo?- y prohíbe las compras a la baja a plazo y a crédito en bolsa. El coste de la medida anunciada es aún incalculable, pese a ello todos se parapetan tras el argumento de que costará a las familias americanas mucho menos que la alternativa. ¿Será ésta la primera verdad qué dicen o será otra mentira más?

Hay que fastidiarse, después de tener que aguantar lo que hemos aguantado a los dogmáticos del no intervencionismo y del libre mercado sin restricción alguna tenemos que ver esto: George W. Bush el pontífice máximo de esa nueva teología neoliberal poniendo en marcha una intervención sin precedentes que puede llegar a representar según el economista Kenneth Rogoff, entre el 7% y el 14% del PIB, o sea entre un millón o dos millones de millones de dólares.

Ahora todos claman por una supervisión que impida el caos que ha generado el liberalismo sin control. Hasta John McCain se ha convertido al intervencionismo y al control rígido de los mercados cayéndose súbitamente del caballo neoliberal que graciosamente montaba, como cayó Saulo mientras perseguía cristianos para después de la caída convertirse al cristianismo. Dice McCain que hay que limpiar Wall Street. Hay que ver esto de la proximidad de las elecciones lo que ayuda a flexibilizar las posturas.

¡Ay!, ¡si yo tuviera una escoba, cuantas cosas barrería!

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