El blog de Gustavo Mata

Estrategia: Las reglas del juego en los negocios

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LA COHERENCIA y LA INCOHERENCIA

Ser coherente no quiere decir estar acertado, si no razonar de forma consistente de acuerdo a tus posiciones; pero a menudo si uno es coherente todo el rato es más fácil que se esté acertado que si uno sólo es coherente a ratitos. Cuando casi en una sola frase se es coherente primero e incoherente después pierde uno mucha credibilidad y es fácil pensar en aquello de la elasticidad de los argumentos y en lo de que razonar es arrimar el ascua a la sardina propia.

El presidente fundador del PP, D. Manuel Fraga, ha dicho hoy que es un «disparate» y un «error gravísimo» investigar las desapariciones de la Guerra Civil y de la dictadura franquista. Le entiendo. Me parece que desde su punto de vista es normal que piense así y que lo diga. Es coherente. Fraga, ocupó la cartera de Turismo bajo el régimen de Franco.

Pero cuando habla de Garzón dice: «Es un disparate que un señor se autodefina competente en un asunto que es muy discutible que tenga competencia nadie puesto que ya hubo leyes de amnistía» No Señor, ahora es usted incoherente, o es discutible que tenga competencia nadie o es un disparate que alguien se defina competente. ¿Me sigue profesor Fraga? Si es discutible no es un disparate. Se le vuelve a ver el plumero D. Manuel.

Ya veo que no sólo le cabe el estado en la cabeza, sino que le caben razonamientos incoherentes y coherentes a la vez casi. ¡Qué cabeza!

D. Manuel, ya ha hecho usted mucho por este país. De verdad. Ha traído a la derecha más rancia a la democracia y eso se lo agradecemos todos. Le deseo lo mejor. Se ha ganado ya el merecido descanso. ¿Por qué no se jubila?

ESPAÑA

Describo, sintéticamente, mi última hora de la tarde del miércoles pasado frente al televisor:

Vaya por dios, gol… (Bélgica 1-España 0)

GOL, ¡¡¡qué golazo!!!…(Bélgica 1-España 1)

¿¿??

¡GOOOOOOOOL!, ¡GOOOOOOOL!, GOL, GOL, GOL.

Final: España 2, Bélgica 1

¿Será posible que los desfiles de nuestro ejército en el día de la Fiesta Nacional no desaten, ni en la izquierda ni en la derecha, ni siquiera en el jefe de la Oposición al que le parece el asunto un coñazo, más entusiasmo que el de que supone una ocasión singular para algunos de abuchear al Presidente del Gobierno de todos?

¿Y será posible que un triunfo de «la roja» sea, hoy por hoy – junto a los de la selección nacional de baloncesto, Nadal, Alonso, Contador, Sastre, etc. – uno de los escasos aglutinantes del sentir colectivo de los españoles?.»Yo soy español, español, español,…» cantan a coro los hinchas.

¡Manda huevos que diría Trillo!

Quiero aclarar que yo soy asturiano y que me siento profundamente español por ello. No hay para mi contradicción entre esos sentimientos, ni siquiera son complementarios, son la misma cosa. Pero claro, desde la antigua “metrópoli” nos resulta más fácil sentirnos así –acordaos de D. Pelayo y de Covadonga y pensad que para nosotros España es Asturias y lo demás «tierra conquistada al moro». Disculpad la simplona forma de ¿razonar? del párafo precedente pero ya sabéis lo «grandones» que somos los asturianos. A otros puede que les cueste sentir lo mismo, y que sientan de otra manera. Respeto mucho a todos los discrepantes intelectuales, o sea a los que piensan de forma diferente a la mía. A mí me gusta mucho la discrepancia y la dialéctica de confrontación de ideas, con argumentos y contrargumentos, y con cada quien sacando sus propias conclusiones, las suyas, probablemente diferentes para cada uno. Cuando todo el mundo está de acuerdo conmigo me inquieto, me siento mal, y propendo a cambiar mi postura – lo hago en términos de método dialéctico para comprobar si, al final, estoy  de acuerdo conmigo mismo o no -. Pero, si de lo que se habla es de sentimientos, está claro que cada quien siente de una forma y que uno en su corazón no manda; y aquí si que no queda más que respetar y asumir que cada quien sienta lo que sienta.

Pero si todos fuéramos conscientes de lo que todos somos y de lo que no somos en nuestra España, con nuestras virtudes y nuestros defectos, con nuestros éxitos y nuestros fracasos y aprendiéramos a amarlos por igual, porque todos son igualmente nuestros – como recomendaba Tomás y Valiente – tendríamos mucho a ganar, mucho más que con esta tendencia centrífuga  que no para de crecer en la que los que sentimos como yo y pensamos así empezamos a sentirnos raros.

¿Por qué nos cuesta tanto a los españoles definir y reforzar  lo que nos une y acotar bien lo que nos separa? ¿Será la sombra de la España Invertebrada de Ortega? ¿Estamos aún padeciendo el pesimismo que nació en 1898 con la pérdida de nuestras últimas colonias? ¿Nunca  vamos superar del todo la hecatombe histórica que nos desgarró en la Guerra Civil, ni la horrible represión posterior?

Vivo en Madrid desde hace veinte años; he estudiado en Asturias, en León y en Madrid; he trabajado y vivido con mi familia cinco años  en Cartagena, dos años en Barcelona, un año en el País Vasco y dos años en Galicia. Leo, entiendo y hablo algo en catalán, leo y entiendo muy bien el gallego, conozco bastantes palabras del eusquera batua. Tengo todo un apartado de mi biblioteca con mucho de lo que se publica sobre el País Vasco, desde todas las tendencias y sensibilidades. Conozco bastante bien nuestra historia. Veraneo en Cabo de Palos desde hace muchos años y por ello me siento también de allí. También he trabajado en Zaragoza y en Granada. Vamos, que lo de la rica multiplicidad y diversidad de este mosaico que es España me lo conozco bien; y lo amo apasionadamente, trozo a trozo y en conjunto, con sus luces y sus sombras, y con sus contradicciones.

Me encantaría pensar que son muchos los españoles que se sienten como yo, orgullosos de cada trozo y del conjunto y de que llevemos juntos más de 500 años, aunque nuca estuviéramos del todo separados. Me gustaría que hiciéramos nuestro el lema: E PLURIBUS UNUM: Unos en la diversidad.

LOS PARAÍSOS FISCALES, LAS BASES DE LOS NUEVOS CORSARIOS

La piratería es casi tan antigua como la propia navegación. Proscritos y delincuentes en rebeldía atacaban en aguas internacionales fuera de la jurisdicción de país alguno, desde sus navíos piratas – es decir sin pabellón nacional, sólo bajo la bandera negra con las tibias cruzadas y la calavera – a los demás navíos, para robar la carga y capturar a los pasajeros por los que luego se pedía rescate o a los que se vendía como esclavos.

Para atacar al Imperio de España, algunos países, singularmente Inglaterra, Francia y Holanda, -aunque el Imperio turco también lo había hecho antes en el Mediterráneo con los piratas berberiscos del Norte de África- decidieron institucionalizar la actividad otorgando patente de corso a determinados piratas lo que les permitía hostigar a los navíos españoles sin necesidad de declarar formalmente la guerra a España. Son los famosos corsarios, tan piratas como los otros, pero piratas por cuenta ajena, cuyo socio era el monarca de turno que les otorgaba protección y se quedaba con un porcentaje del botín. Enrique VIII e Isabel I de Inglaterra se distinguieron por promover estas actividades con tanto entusiasmo que llegaron a ennoblecer a algunos famosos corsarios como premio a los servicios prestados; así fue con Sir Walter Raleigh, con Sir Francis Drake y con su tío Sir John Hawkins, entre otros muchos más tan famosos como Morgan, Cavendish, etc. Pero por mucho que los ennoblecieran, aunque fueran corsarios, no dejaban de ser piratas.

Hoy en día, frecuentemente al amparo de los mismos territorios que antes servían de puerto base a los corsarios de antaño, en las colonias del Caribe, pero no sólo allí,  se practica una nueva piratería: la de quienes se refugian en los paraísos fiscales para evitar pagar impuestos, para eludir el control fiscal o para almacenar dinero de procedencia ilícita: el llamado dinero negro.

La Isla del Tesoro está localizada -hay muchísimas en el mar y en tierra firme- y ”John Silver el Largo” ya no tiene pata de palo, ni entre sus colegas abundan los parches en el ojo tuerto, ni suelen llevar un loro en el hombro; llevan trajes de Armani. Allí, a los paraísos fiscales, van a llevar su dinero los traficantes de cocaína, los promotores inmobiliarios, los políticos corruptos y toda clase de delincuentes; pero no sólo ellos, cualquiera de nosotros, además de forma legal, puede llevar sus ahorros a un paraíso fiscal y eludir la mayor parte de los impuestos. Claro que si tienes mucho dinero hacerlo te resultará facilísimo y  si eres un modesto ahorrador casi imposible. ¡Ya se sabe!: lo de siempre.

Casi cada país tiene sus paraísos fiscales, en un ejercicio de hipocresía institucional de tamaño descomunal. Se estima que albergan una cuarta parte de la riqueza mundial. Si esta gente pagara impuestos en sus países de origen, con ese dinero, se podrían atender a todos los compromisos del milenio auspiciados por la ONU para desterrar la pobreza del planeta de los que hemos hablado profusamente en este blog.

La OCDE, que ha tratado de combatir el fenómeno pero con escaso éxito, tiene identificados treinta y tres paraísos que al menos «hacen esfuerzos de intercambio de información» mientras que cinco -Andorra, Liberia, Liechtenstein, Islas Marshall y Mónaco – ni eso, “son absolutamente refractarios”. La ONU tiene identificados casi 80.

Ahora, con la crisis -no hay mal que por bien no venga-, Nicolas Sarkozy, presidente de Francia y presidente de turno de la Unión Europea, con el apoyo, esta vez sí, de Alemania, insta a tomar medidas urgentes contra las zonas offshore, o paraísos fiscales: «propongo un sistema muy simple, que ninguna institución financiera escape a la supervisión y a la regulación. Los agujeros negros de los paraísos fiscales deberían dejar de existir».

Si lo hacen podremos empezar a confiar en su voluntad de arreglar esto.

¡Basta ya de hipocresía institucional! Hay que acabar con todos los refugios de los golfos.

Pero, ¿será verdad?

MAÑANA MIÉRCOLES 15 DE OCTUBRE ESTARÉ EN RADIO INTERECONOMÍA Y EN INTERECONOMÍA TV

Como de costumbre en el programa Cierre de Mercados de Susana Criado en la tertulia que se desarrolla desde las 16:25 a las 17:00 horas.

Desde esta semana además de en la Radio se emite por el canal de TV, el 73 de Digital Plus

PAUL KRUGMAN, NOBEL DE ECONOMÍA 2008

Paul Krugman, ecomomista y periodista ha sido reconocido tanto por “su contribución a una nueva teoría del comercio internacional”, como por “su capacidad para hacer llegar sus teorías al público, combinando el rigor de sus planteamientos con una brillante exposición y difusión”. Ya fue Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en 2004.

Krugman es considerado por la revista The Economist como el economista más notable de su generación. Es especialista en comercio internacional y responsable de  contribuciones clave a la teoría sobre las crisis cambiarias y al análisis de la política monetaria. Nació, en Nueva York en 1953; se graduó en la Universidad de Yale en 1974 y se doctoró en el Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT). Desde el año 2000, es profesor en la Universidad de Princeton y antes lo fue en el MIT y en la Universidad de Stanford. Es autor de 20 libros y es columnista habitual del ‘New York Times’. Desde hace algún tiempo publica también en El País y ha sido uno de los principales ponentes en el Congreso EXPORTA 2008.

En Septiembre de 2003, Krugman publicó una recopilación de sus artículos periodísticos The Great Unraveling que es un ataque feroz contra la políticas económica y exterior de Bush,en donde pronosticó la crisis actual: «el enorme déficit fiscal, la disminución de impuestos, el aumento del gasto público, y la guerra de Irak, son insostenibles y generarán una gran crisis», decía;  en el libro se denuncia la subordinación del poder económico, del poder político y hasta del poder judicial de los Estados Unidos a la extrema derecha que representan Bush y sus amigos.

Krugman ha sido un azote crítico para el presidente George Bush y su política neoliberal desde su tribuna del New York Times; él es un genuino liberal que no ha dudado en quitar la careta a los falsos liberales: los neoliberales dogmáticos, quienes se habían arrojado en brazos de los poderosos cínicos que se han aprovechado de la libertad sin cortapisas ni regulaciones de los mercados que estos profetas predicaban, para acumular escandalosas cantidades de dinero inflando al burbuja que ahora nos ha estallado a todos bajo los pies, contaminándolo todo, creando la desconfianza en las finanzas y poniendo en riesgo todo el sistema.

¡Me alegro del Premio y de lo que significa!

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