El blog de Gustavo Mata

Estrategia: Las reglas del juego en los negocios

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¿CRISIS DE VALORES?

El crecimiento sin parones, la prosperidad continua, una vez más, se ha mostrado imposible, utópica. Estamos en una profunda crisis. ¿Es una más? ¿No estaremos en lo que estamos por una crisis de valores que va más allá de la propia crisis económico- financiera y que estaría en la base de todo?

Los siete pecados capitales de la humanidad denunciados por Gandhi, eran:

Política sin principios

Comercio sin moral

Riqueza sin trabajo

Educación sin carácter

Ciencia sin humanidad

Placer sin consciencia

Religión sin sacrificio

Parece que nos hemos pasado mucho insistiendo en esos pecados sociales durante décadas. ¿Estamos ante la necesidad de un cambio no sólo de modelo económico y social, sino ante un cambio de escala de valores? Todo parece indicar que así es. Los problemas que afrontamos necesitan un enfoque global, instituciones globales, mecanismos de control globales, solidaridad global. ¿Tendremos el coraje de afrontar el reto?

Veo algunas señales positivas, pero me falta ver un golpe firme de timón que suponga un drástico cambio de rumbo, que es lo que hace falta. Algunos me reprochan que clame a favor de la aparición de nuevos líderes capaces de conducirnos. El que necesitemos líderes no excluye que la mayor fuerza transformadora es la de cada uno de nosotros tiene si la ejerce en su propio ámbito.

Pero atención, estos tiempos son proclives a la aparición de falsos profetas y cínicos de todo tipo que tratarán de aprovecharse para propagar sus credos de consumo fácil. Nada es simple, ninguna salida será lineal. No hay fórmulas mágicas. Habrá que trabajar duro y cambiar muchos comportamientos y actitudes. Desconfiad de los que vengan a engañaros otra vez con apriorismos dogmáticos; me da igual que vengan de la derecha que de la izquierda. ¡No hay soluciones dogmáticas simples a los problemas que la humanidad afronta! Cualquier simplificación será, sencillamente, una mentira.

CONSULTORES EN ESTRATEGIA

En mi artículo “LA CLAVE DEL ÉXITO EN LA EMPRESA: ¿UNA MARAVILLOSA INTUICIÓN DEL LÍDER O UNA ESTRATEGIA BIEN PLANIFICADA?, publicado en el número 193 de Enero de 2004 –un número monográfico dedicado al resurgir de la estrategia- de DIRECCIÓN Y PROGRESO, revista de APD, ASOCIACIÓN PARA EL PROGRESO DE LA DIRECCIÓN, que podéis leer en el blog: http://gustavomata.com/articulos/la-clave-del-exito-en-la-empresa-%C2%BFuna-maravillosa-intuicion-del-lider-o-una-estrategia-planificada-de-forma-participada decía a propósito del papel de los consultores de estrategia:

“El papel de los consultores de estrategia no es -como parece que algunos piensan- definir la estrategia para la empresa que les consulta. La consultoría estratégica, para nosotros, es una consultoría de proceso; para el consultor, no se trata de diseñar la estrategia que ha de seguir la empresa, se trata de acompañar al empresario y a sus directivos en un proceso de reflexión estratégica -que sólo ellos están en condiciones de realizar- asegurándoles el apoyo metodológico y el rigor conceptual necesario -aún mejor dicho imprescindible- para poder llevarlo a efecto. El consultor de estrategia que olvida su papel y trata de suplantar al empresario en la decisión sobre la estrategia a desarrollar es, para mí, tan ridículo como un tocólogo que en el trance de atender a una parturienta, ante un parto difícil, propusiera ser él quien se subiera a la camilla de partos e intentara alumbrar al retoño. Si hubiera algún consultor capaz de marcar realmente la estrategia a sus clientes, ¿cuáles deberían ser sus honorarios? Los empresarios y sus directivos son quienes conocen a fondo los sectores de actividad y las particularidades de su empresa y son ellos los que están en condiciones de hacer el análisis y de proponer las soluciones más creativas y eficaces para abordar los desafíos que la empresa tiene. Lo que ocurre es que, frecuentemente, carecen de método para hacerlo bien; ese es el papel del consultor en estrategia: dar el apoyo metodológico; asegurar que la reflexión se lleva a cabo tomando en consideración todos los elementos y de forma secuencial para que desemboque en propuestas concretas de actuación que lleven a conseguir los objetivos propuestos; actuar en el grupo de reflexión como actúa un catalizador en una reacción química, promoviendo que el talento y el conocimiento de los responsables aflore. Si ellos, los empresarios y sus equipos de dirección, no fueran capaces de encontrar las respuestas, ¿quién se las podría dar?”

Las consultoras de gran prestigio en consultoría estratégica como McKinsey & Co., The Boston Consulting Group, o Bain, poco tiene que ver con las consultoras generalistas. Éstas son hijas, en su mayoría, de las divisiones de consultoría que fueron creando las compañías de auditoría en los años sesenta y setenta. Arthur Andersen era una de las grandes empresas auditoras que crearon una gran división de consultoría: Andersen Consulting (esos eran los “arturitos” a los que se refería el jefe de Pablo). Price Waterhouse, otra gran auditora, hizo lo propio. Hablemos un poco de ellas.

A mi juicio que una empresa auditora dé servicios de consultoría es una indecencia. Es claramente un abuso, con un obsceno mensaje implícito: “como yo te audito, si tú me encargas trabajos de consultoría te trataré con cariño en la auditoría y habrá menos salvedades y menos rigor a la hora de juzgar tus criterios contables poco laxos”. Eso pasó durante años en todo el mundo y acabó como era de esperar. La historia de las grandes empresas de auditoría está salpicada de escándalos y de fiascos derivados de su escasa ética a la hora de auditar a los clientes. Fue tal el desprestigio de estas firmas que todos debieron cambiarse de nombre y se impuso la separación, al menos formal, de las actividades de consultoría de las de auditoría. ¡Una vergüenza!

Las de prestigio, singularmente Mc. Kinsey&Co. y The Boston Consulting Group son otra cosa. Nada que ver con las anteriores. Han trabajado para mí cuando era responsable ejecutivo y sé de lo que hablo. Son empresas de consultoría estratégica, no de consultoría generalista. Y han sabido mantener su prestigio pese a que la actividad de la consultoría estratégica ha tenido altibajos; algunos serios.

En otro artículo mío “Reflexiones sobre la planificación estratégica” publicado en el número 16, Primavera 2007, de la Revista de Economía y Derecho de la Sociedad de Economía y Derecho UPC. Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas –lo tenéis en el blog: http://www.gustavomata.net/wp-content/uploads/2008/03/reflexiones-sobre-la-planificacion-estrategica.pdf decía:

“Sentadas las bases, en los años setenta, se expande la utilización de la planificación estratégica bajo el impulso de las grandes corporaciones; pero no sólo de ellas, también tuvieron un destacado papel las escuelas de negocios y algunas empresas de consultoría, entre las que destacan McKinsey & Co. y The Boston Consulting Group. “…“En esos años, en los sesenta, la estrategia era un arcano que sólo dominaban los planificadores estratégicos; éstos, desde sus cuarteles generales corporativos, dictaban las estrategias basándose en herramientas de planificación corporativa, como la matriz atractivo – posición competitiva de Mc.Kinsey-General Electric y la matriz crecimiento – participación de The Boston Consulting Group. Es destacable la influencia ejercida en estos años por Bruce Henderson[i], fundador de The Boston Consulting Group. Durante los años 60 y primeros 70, la explotación, realmente excesiva y frecuentemente poco rigurosa, de ideas como la curva de experiencia y su consecuencia: la matriz crecimiento participación fueron fundamentales en la práctica de la consultoría. En éste último caso, empleando como criterio económico el flujo de efectivo y no los beneficios, los planificadores tomaban sus decisiones así: centrémonos sólo en los negocios en los que se pueda alcanzar el liderazgo y desinvirtamos en el resto; empleemos los excedentes en los flujos de efectivo que generan algunas de las actividades para financiar el desarrollo de otras nuevas; utilicemos la capacidad de endeudamiento agresivamente, para financiar el crecimiento a toda costa. En esa época, muchas empresas, entre ellas el gigante General Electric, llegaron a crear poderosísimas estructuras de planificación estratégica que empleaban complicados procesos burocráticos para fijarla; en muchos casos, los planificadores acumulaban tanto poder en la organización que resultaban un poder paralelo al jerárquico tan fuerte como él. La gran complejidad de los procesos de revisión anual del plan estratégico, la burocratización y la rutina subsiguientes daban lugar a numerosos conflictos entre los planificadores y los gestores de línea. A partir de la crisis del petróleo de los primeros años 70 y el consiguiente derrumbamiento de las bolsas, la planificación estratégica, después de haber dominado el panorama de la gestión empresarial, de forma absoluta, en los quince años anteriores, sufrió un importante descrédito; los ataques abundaron; Henry Mitzberg[ii], en 1973, con la publicación de The nature of managerial work [iii], encabezó una corriente de pensamiento en la que se propugnaba que la intuición, y no la planificación, era la clave del éxito: los empresarios de éxito son hombres intuitivos y no analíticos, que usan más el hemisferio cerebral derecho que el izquierdo para gestionar sus negocios. En 1983, Jack Welch[iv], recién nombrado CEO de General Electric, suprimió de un plumazo el departamento de planificación estratégica de la empresa, en el que trabajaban más de 200 profesionales. Este hecho tuvo también una influencia decisiva en la crisis de la planificación estratégica. Para nosotros, la falta de rigor conceptual de las herramientas de análisis estratégico desarrolladas en los años 60 y su aplicación dogmática, sin tomar en consideración las severas restricciones que condicionan, en cada caso, su aplicabilidad práctica, está en el origen de las crisis de la planificación estratégica. No es ésta la única causa, pero sí la principal. No se trata tanto de discutir si es o no posible diseñar una estrategia sino de hacerlo sin apriorismos injustificados.»

Como veis ha habido de todo en la historia de la consultoría estratégica. Al comienzo del desarrollo de la actividad las consultoras líderes por exclusividad gozaron del mayor reconocimiento. En los años 70, a partir del 73 en concreto, el desprestigio de la consultoría estratégica se extendió. Mucha gente pensó que había un resurgir de la estrategia al final de la década de los 90 y en los años del nuevo siglo. ¿Y ahora en ésta crisis, qué pasará? ¿Qué futuro le espera a la estrategia? A mi juicio el desarrollo de las herramientas de análisis tendrá que venir del terreno insuficientemente explorado entre la estrategia y la microeconomía. Ahí trato yo de moverme. Encontrando bases microeconómicas a las formulaciones de los gurús de la estrategia es donde se puede hacer progresar a ésta, llamada ciencia por algunos que, hoy por hoy, es sólo una compilación de herramientas formales y de métodos para analizar la compleja realidad a la que se enfrentan los directivos de las empresas.


[i] Bruce Henderson, (1915-1992), había trabajado inicialmente en Westinghouse, en donde llegó a ser uno de los más jóvenes Vicepresidentes, y en Arthur D. Little, como Director de la Oficina de Servicios de Dirección; en 1963, acepta el encargo de Boston Safe Deposit and Trust Company para crear la consultora del banco: The Boston Consulting Group. La consultora alcanzó un enorme éxito y tuvo una gran influencia, durante años. Las ideas de Henderson son de una gran originalidad y de una enorme osadía, lo que denota su ambición intelectual, aunque, a veces, adolecen de rigor suficiente

[ii] Henry Mitzberg, nacido en 1939, profesor de la Universidad McGill de Montreal y de INSEAD, es, probablemente, el mayor experto mundial en estrategia. Autor de innegable influencia, aunque más caracterizado, en lo que se refiere a la estrategia, por su capacidad para atacar las opiniones ajenas que por construir un esquema propio. Es un gran iconoclasta, pero sus aportaciones, al atacar la planificación estratégica y poner el énfasis en la creación de la estrategia, son absolutamente relevantes

[iii]The Nature of Managerial Work”, Henry Mintzberg, 1973

[iv] Jack Welch, Nació el 19 de noviembre de 1935. Es uno de los ejecutivos más admirados del mundo, elegido Ejecutivo del Siglo. Entró a trabajar en General Electric en 1960 y en 1981 pasó a ser el octavo director general de la empresa. Durante su mandato, los beneficios de la compañía ascendieron a 400.000 millones de dólares con lo que ésta se convirtió en una de las primeras empresas del mundo. Es el autor de “Straight From The Gut” y “Winning”.

¡QUÉ MALA SUERTE MARIANO!

  ¡Qué mala suerte Mariano! Este Zapatero es como Franco, tiene “baraka” el tío, estarán pensando en el PP. Aunque haga piruetas, como los gatos, tiene propensión a caer siempre de pié. Resulta que los demás países europeos están peor que nosotros, pese a lo mal que lo hace el Gobierno todo. 

Dicen las últimas previsiones del FMI, que también se suele equivocar y no para de corregir severamente lo que había estimado antes cada vez que estima algo de nuevo, que el Reino Unido será el más castigado por la recesión, con un descenso del PIB del 2,8% en 2009; Alemania, la ejemplar Alemania, caerá un 2,5% y Francia, decrecerá un 1,9%. España sólo el 1,7%, algo mejor que otros países europeos. ¡Vaya por Dios! ¡No va a haber manera de echarle más culpas a Zapatero y a Solbes! O son todos bobos o Zapatero es más listo. ¡Ni lo uno ni lo otro! Estamos metidos en una muy gorda y nadie sabe bien qué va a ocurrir.

Pero, dicen en el FMI, que si bien la recesión será más suave en España, durará algo más que en los demás países. Al FMI parece que le encanta dar noticias así; siempre se equivocan a la baja con sus previsiones sobre España; esperemos que esta vez también ocurra igual. Ahora dicen que en 2010 decreceremos el 0,1 % cuando decían que creceríamos 0,8 % en su anterior estimación.

Bueno, ¿nos ponemos todos a trabajar más duro, pasando un poco de tanto agorero? Cuando digo todos, me refiero a cada uno de nosotros y sobre todo al Gobierno y la Oposición. ¡A trabajar todo el mundo! Hablando mucho de lo mal que está todo, no arreglaremos nada.

UNOS Y OTROS ME TIENEN HARTO

El Presidente del Gobierno trató de infundir confianza -creo que fue la palabra que más utilizó en el programa «Tengo una pregunta para Vd…»-, para afrontar juntos las consecuencias de la crisis y así salir antes de ella. También dijo que aquellos que no estuvieran afectados por la crisis debían consumir porque así ayudarían a que no se perdieran tantos puestos de trabajo en España. Así mismo instó a la banca a que concediera préstamos a las empresas para que pudieran afrontar su normal actividad económica.

Todo eso está bien, pero se me antoja perfectamente inútil. Comprendo que el Presidente debe ir a dar la cara y decir lo que dijo, pero ¿aumentó la confianza de algún sector de la población después de oírle?, ¿están más predispuestos a consumir los que aún mantienen sus empleos y sus ingresos?, ¿algún banco va a variar su estrategia de mirar con lupa a cada peticionario de crédito y denegar éste en cuanto no esté todo más que claro?: me temo que no.

Cuando te piden tantas veces confianza lo más probable es que te inquietes y que desconfíes. Por mucho que nos animen a consumir, todos estamos ahorrando como locos por si acaso vienen peor dadas en el futuro próximo. ¿Cómo vamos a invertir en un piso, por ejemplo, ahora si todos esperamos que bajen más? ¿Cómo vamos a invertir en bolsa si está muy volátil y puede bajar más?

Los bancos pronto se darán cuenta de que su negocio es prestar dinero y empezarán a prestarlo, aunque sea tomando algo de riesgo, pero por mucho que el Presidente les inste a prestar dinero no lo van a hacer ahora a menos que tengan todas las garantías. Si lo hicieran, ¿sería bueno para ellos y, por ende, sería bueno para la economía?: No.

Queridos amigos, las crisis se pasan purgando el sistema. Purgar los excesos pasa porque muchas empresas, las menos eficientes, caigan, y eso dará lugar a que haya más y más desempleo. Es doloroso, dolorosísimo, pero inevitable. No es con llamadas a la confianza, llamadas a la responsabilidad de la banca o a que los que puedan consuman como se arregla.

Se pueden paliar los efectos de la crisis con un programa de fuerte inversión pública, con una protección adecuada a los que se vean más afectados, inyectando liquidez y comprando activos a la banca, pero no le pidamos a la gente ni a la banca, en serio, que actúe en contra de lo que su razón le indica, porque no lo hará.

A todo esto, el PP sigue entretenido en su lucha interna, tirándose dosieres a la cara, investigándose irregularmente unos a otros y encantados de que haya crisis. Al menos eso es lo que parece. A mí, cada vez que les oigo, me dan la impresión de que están encantados de que nos vaya tan mal. Como esa misma impresión se la estén dando a muchos van a pagar un alto precio electoral. Se están equivocando otra vez más. La crisis les había puesto muy fácil desgastar al Gobierno y no lo están consiguiendo. La situación es como para que le sacaran diez puntos en intención de voto al PSOE y no es así. ¡Qué mala oposición están haciendo! ¡Qué malos son!

Falta unidad de verdad entre los partidos para afrontar la crisis. Eso sí que nos daría confianza: ver que se dejan de tirar los platos a la cabeza un rato para pensar en sacar esto adelante juntos. Pero no. Unos a negar las evidencias y otros a exagerar lo mal que estamos. Mientras, en otros países, Gobierno y Oposición están trabajando juntos. ¡Qué envidia!

Con la cantidad de reformas que tenemos pendientes, los partidos y las oligarquías varias del país tratan aún de mantener sus anacrónicos privilegios que tanto rigidizan el sistema. No paramos de verlo cada día. Nadie parece darse cuenta de que lo mejor sería estar trabajando para facilitar que cuando llegue el momento podamos salir mejor de la crisis. Notarios, jueces, procuradores, funcionarios públicos, y sobre todo, el aparato de los partidos y los políticos en ejercicio, los que mandan, no paran de darnos muestras de que no abordan las reformas que necesitamos porque lesionan sus intereses. ¡Llamemos a las cosas por su nombre!

De una vez por todas pónganse a la tarea. En España es difícil crear una empresa, es difícil cerrarla, hay trabas para contratar gente y para despedirla, no se consigue fácilmente crédito, hay pocas garantías para los inversionistas, etc., etc. ¿Por qué no lo arreglan de una santa vez olvidándose de que al hacerlo van a perjudicar los intereses de algunos grupos? ¿Es que no es más importante el interés de todos? Atrévanse a gobernar, propongan reformas y sacrificios razonables a todos; y a la oposición, atrévanse a proponer algo sensato y dejen de dar la lata con lo mal que estamos: ¡ya lo sabemos!

¡Unos y otros me tienen harto! ¡Nos tienen a todos más que hartos! ¡Vale ya!

MÁS HAMBRIENTOS EN EL MUNDO

Ban Ki Moon, Secretario General de Naciones Unidas, ha dicho en Madrid, en la Cumbre sobre Seguridad Alimentaria, que la actual crisis financiera está agravando seriamente la situación alimentaria en el mundo. En 2007 había ochocientos sesenta millones de hambrientos y hoy la cifra se aproxima a los mil millones. Cuatrocientos millones de pequeños agricultores están en riesgo porque no pueden acceder a los mercados de los países desarrollados, que cada vez son más proteccionistas. La crisis está provocando que miles de familias que empezaban a salir de la miseria vuelvan a ella.

En 2009, continuará la crisis de los alimentos, agravada por la situación financiera mundial. Josette Sheeran, Directora Ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas ha dicho en la citada cumbre: «La gente piensa que la crisis alimentaria provocada en 2007 por la subida de los precios de los alimentos ha terminado, pero no es así; la hay, y ahora más, agravada por la crisis financiera. Muchos países pobres pedían préstamos a los bancos para comida y ahora los bancos no les prestan el dinero». «El Banco Mundial prevé que la inversión externa en países en vías de desarrollo durante 2009 se reduzca a la mitad en comparación con el año 2007». «Con tan solo un 1% de lo que se ha propuesto dar en paquetes de rescate financiero y estímulo en los Estados Unidos y Europa, los países desarrollados podrían financiar todo el trabajo del PMA». “El año pasado los países ricos hicieron su mayor aportación hasta la fecha, más de 30 millones de dólares; este año necesitamos que la ayuda se mantenga como sea».

Esos pobres hombres, dejados de la mano de Dios y de la de los sus congéneres ¿humanos?, esos sí que están en crisis. Me entran ganas de gritar bien fuerte por ellos; gritar hasta que alguien nos escuche.

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