El blog de Gustavo Mata

Estrategia: Las reglas del juego en los negocios

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OBVIEDADES SOBRE LO MISMO

La larga etapa de crecimiento soportado por tipos de interés bajos y laxitud a la hora de prestar el dinero que alimentó toda clase de burbujas en todo el mundo se acabó de repente. La crisis sobrevino de golpe y brutalmente. En el corazón del sistema -EEUU- se había mantenido por razones políticas una política de tipos de interés bajísimos –inferiores a la inflación- durante muchos años. También se había predicado la auto regulación para las entidades de crédito frente al control estricto de las mismas, alimentada por los prejuicios de los neoliberales dogmáticos. Todo acabó en un abuso fraudulento y en la conocida crisis de las subprime. Estalló la crisis; pero era sólo la espoleta; la carga explosiva era mucho mayor: la larga etapa de crecimiento había debilitado al sistema al tiempo que lo había inflado. La economía parecía fuerte pero estaba simplemente gorda, hipertrofiada. Ahora estamos viviendo la explosión de verdad. La onda expansiva de la explosión se está llevando por delante la grasa superflua acumulada y, como siempre pasa, parte del tejido sano con ella. Muchos malos empresarios habían abordado malos negocios amparados por el crédito fácil. Deben caer, es imprescindible. No se les puede alargar la agonía dándoles crédito y alimentando de paso la hoguera que amenaza con llevarse todo por delante. Hay que cortar: ¿por lo sano?

La pregunta de esta semana es “Si el negocio de los bancos es prestar dinero, ¿por qué ahora no lo prestan?” La respuesta es obvia: porque su negocio es prestar dinero, sí, pero con garantías de devolución del principal y de los intereses. También el negocio de las empresas es vender sus productos. Pero hoy en día cualquier empresario sabe que es mejor no vender que vender y no cobrar. El empresario sensato ha puesto como prioridad la garantía de cobro. Nadie quiere más riesgos en un momento en el que la morosidad crece. Ni a la economía le conviene. Todo lo contrario. Es la crisis. En España y en toda la zona euro los bancos siguen endureciendo las condiciones en las que otorgan crédito. Según un sondeo hecho a 112 bancos del área habrá mayor contracción del crédito para los particulares y las empresas en el primer trimestre de 2009.

En España ¿no estamos endeudados hasta las cejas?, todos: bancos, empresas y particulares estamos más que muy endeudados. ¿De verdad alguien se había creído que el crédito en España iba a crecer con la que está cayendo? Ya sé que vende más meterse con los bancos, pero es, insisto una vez más, demagogia barata. Y además es peligroso. Nuestros políticos, del Gobierno y de la Oposición, demuestran, en muchos casos, ser unos irresponsables. ¡A ver si Zapatero hace ya la crisis que tiene que hacer y remodela el, en una parte exhausto y en otra desnortado, equipo económico, y a ver si Rajoy y Aguirre dimiten a la vez y el PP encuentra su camino de la mano de alguien sensato que haga política de verdad, alguien que se imponga y que se deje de jueguitos de espías! ¡A exhibirse haciendo cosas exóticas al Zoo! La política es una cosa seria y noble.

¡ES LA ECONOMÍA, ESTÚPIDO!

Estúpido (Del lat. stupĭdus): Necio, falto de inteligencia. No pretendo ser ofensivo ni insultar a nadie. Estúpido es para la RAE simplemente necio, falto de inteligencia, por más que suene como un disparo dialéctico.

En medio de la polémica sobre el papel de la banca española, en este momento de la crisis les digo a los demagogos: no sean Vds. torpes, no sean necios: ¡Es la economía!

Ante su posible reelección, en 1992, George Bush padre, entonces presidente de los EEUU parecía imbatible; tenía un record histórico de popularidad, el 90% de la población le daba su aceptación. Había ganado la Guerra del Golfo a Saddam Hussein expulsándole de Kuwait, pero Bill Clinton le ganó las elecciones. ¿Cómo?: James Carville, estratega de la campaña electoral, le indicó que debía enfocarse en las cuestiones más relacionadas con la vida de los ciudadanos y sus necesidades. Entonces pegó un cartel en las oficinas centrales con las tres ideas de la campaña:

1.    Cambio vs. más de lo mismo

2.    La economía, estúpido

3.    El sistema de salud

“Es la economía estúpido” se convirtió en el slogan de la campaña de Clinton para derrotar a Bush.

¿Es de aplicación ahora, en plena polémica sobre si la banca española debe o no dar más crédito?: creo que sí.

Ayer se sumó al coro de necios que hacen demagogia con la crisis, D. Javier Gómez Navarro, Presidente del Consejo Superior de Cámaras, al que le encanta llamar la atención. Presentando un informe ¿estadístico? sobre la situación de las pymes dijo que el 17 % de las pymes «no encuentran financiación». El 83 % restante sólo encuentra esa financiación de forma «insuficiente», «más cara y con más garantías».

Si hubiera dicho que el 83 % encuentra financiación, aunque, como le ocurre a cualquiera, les gustaría que les dieran más, y que sólo el 17 % está en dificultades, tal vez hubiera sido igual de fiel a la verdad que con lo que dijo y menos demagógico. ¿A que visto así, con la que está cayendo no le extraña a nadie?

No es que por falta de financiación de las pymes estemos en crisis, es que como estamos en crisis las pymes tienen problemas de solvencia y de liquidez. Las pymes, las grandes, los particulares,…, ¿todos?: ¡no! De momento todo el dinero lo tienen los estados porque todos nos hemos llevado los ahorros a las emisiones de los mismos por si acaso. Los demás estamos con problemas. ¡Lógico!

¿BUSCAMOS CULPABLES O SOLUCIONES?

Ahora resulta que cuando todos sabemos que estamos en una tremenda crisis, con un parón de la economía brusco y brutal, cuando estamos vislumbrando que llegaremos a cuatro millones de parados, nos extrañamos que las pymes tengan dificultades de financiación y le echamos la culpa a la banca por no darles crédito. No es esa la causa. La causa es la propia crisis. Si la demanda no tira, todos lo notan. Cuando a una empresa se le caen las ventas, empieza a tener graves dificultades que, enseguida, se traducen en problemas de financiación. Eso es inexorable, inevitable, lógico. Si la dificultad fuera temporal puede que fuera bueno que la empresa se endeudara para salvar la situación, pero si la situación va a ser duradera no serviría para nada financiar las pérdidas, es mejor tomar el toro por los cuernos, reajustar si es posible la actividad contaryéndola o cerrar la empresa a tiempo. Por eso hay tanto parados. Es doloroso, dolorosísimo, pero es la consecuencia de la crisis. También es doloroso, dolorosísimo que las empresas tengan que cerrar, pero dándoles más crédito del que la situación de cada una permita, en plena recesión, sólo se lograría que subiera la morosidad, poniendo en riesgo a las instituciones bancarias.

Decir «que la banca nos saque de la crisis porque ellos nos metieron», como dice Sebastián, es un ejercico de demagogia barata. Si eso fuera así sería porque ha habido entidades que han concedido mal los créditos; a quién no tenía garantías de devolución. Por eso, esas lo deberían pagar con la subida de la morosidad que afectará a sus cuentas. Incluso si alguna no puede seguir operando, debería ser intervenida por el Fondo de Garantía de Depósitos, pero eso no sería a costa del contribuyente sino del Fondo.

¡Qué cada palo aguante su vela! No es echando la culpa a unos u otros como saldremos sino arrimando todos el hombro, bancos, empresarios, trabajadores, sindicatos patronal y partidos. ¡Ay los partidos!

OTRA PERLA DEL MINISTRO SEBASTIÁN

Miguel Sebastián parece el Ministro de Propaganda en lugar del Ministro de Industria Turismo y Comercio.

Hoy ha dicho en una entrevista en Antena 3 que al Gobierno «se le está acabando la paciencia con los bancos». Ha denunciado que los bancos son los «causantes» de la crisis. Además amenazó con que si las pymes y las familias no reciben financiación, el Ejecutivo actuará «en consecuencia», aunque no ha querido revelar cómo. Los banqueros deben estar temblando de pánico…

¿A quién pretende engañar con esas actitudes demagógicas? Insisto en lo que decía el otro día: Sebastián cada vez se me parece más a los Ministros populistas de Franco tipo Solís o Girón.

Para el Ministro, los protagonistas de la salida de la crisis deberían ser los bancos y les ha pedido que hagan un ejercicio de responsabilidad por el país y «aflojen» la situación del crédito. Dijo que de la crisis no se saldrá sólo con la acción del Gobierno. Es cierto que en la situación actual de parón económico el 80% de las pymes tienen problemas de financiación. Como también es cierto que en la actual coyuntura, y en cualquier otra, sólo a quien sea solvente y dé garantías de devolución le van a prestar dinero los bancos.

Ayer en la segunda reunión de Zapatero con la banca sí es verdad que se cambiaron los sofás por sillas y que todos se colocaron frente a mesas de trabajo, aunque no se veía ni una cartera ni un papel, en lugar de quedarse repantingados relajadamente como en la anterior. Pero no pasó de ahí. Fue una reunión cordial, de guante blanco, en la que apenas se habló de nada y que acabó con un compromiso de unidad. Nada que tenga que ver con la salida populista y demagógica del Ministro de hoy haciendo como que riñe.

¡Menos monos, señor Ministro!

Mientras tanto la Oposición a lo suyo: ¡hacer el ridículo! Ahora anulan la Comisión de Investigación interna de Cospedal sobre los presuntos espionajes a compañeros de partido so pretexto de que ya abren una Comisión sobre el mismo tema en el Parlamento de la Comunidad de Madrid que todos sabemos que nace muerta. ¿A quién pretenden engañar la “partidaria de luz y taquígrafos» Aguirre”y el “firme líder indiscutido” Rajoy con ese apaño tan burdo? Atentos al próximo movimiento de este frívolo y fratricida minué.

TESIS, ANTÍTESIS: ¿SÍNTESIS?

Francis Fukuyama escribió, hace 20 años que la lucha ideológica entre el capitalismo y el comunismo había terminado con la victoria indiscutible y definitiva de la democracia liberal. La perestroika, y la posterior caída del muro de Berlín y del telón de acero era el paso irreversible en esa dirección. Era como un fin de la historia. También pensaba que se había acabado la dialéctica de confrontación entre capital y trabajo y que la democracia liberal resolvía los problemas sociales y económicos tanto en los países desarrollados como en los en vías de desarrollo. La historia demostró que no era así. Los países en desarrollo no salen de esa trampa con facilidad a través de sistemas de democracia liberal y menos a través de las desviaciones maximalistas y dogmáticas extremas de los neoliberales o neoconservadores.

La tremenda tormenta desatada en el mundo, nacida esta vez en el corazón del sistema y no en la periferia como las anteriores, ha puesto en cuestión el paradigma neoliberal que nadie se atreve ya a defender.

El comunismo no puede estar más desprestigiado.

¿Vuelve a ser la socialdemocracia la salida?

Aunque esta vez no valen las soluciones parciales. Pensamos que la única salida es global. ¿Seremos capaces de diseñar un sistema en el que la libertad y el mercado muestren sus ventajas para asignar los recursos; en el que los poderes públicos garanticen la solidaridad entre todos los humanos que deberán tener sus necesidades básicas cubiertas;  en donde se asegure el adecuado tratamiento de las externalidades a corto plazo disminuyendo los costes de transacción de las mismas; e imponiendo las soluciones a las de largo plazo como la contaminación creciente y el cambio climático que amenazan la existencia del género humano?

Ese es el reto real, amigos.

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