Hoy es 18 de Octubre, pero como es domingo, y por lo tanto mañana 19 es lunes y hay que trabajar, en mi casa vamos a adelantar un día la fecha de una celebración gastronómica tradicional asturiana, concretamente de Oviedo: el Desarme. El menú completo del desarme consiste en un potaje de garbanzos con bacalao y espinacas, callos –con morros- y arroz con leche. Ese menú se sirve prácticamente en todos los restaurantes y casas de comida de Oviedo cada 19 de Octubre; y las familias o grupos de amigos celebran la fiesta reuniéndose en la mesa alrededor de ese menú. Mi esposa es, como yo, asturiana: ella ovetense y yo “polesu” -de Pola de Siero-, y cocina de maravilla, como ha sido tradición entre las mujeres de esa tierra; y el menú del Desarme lo borda. Así que está plenamente justificado el ágape de hoy.
En Asturias, casi cada fiesta está relacionada con una comida; ¡así somos! Se me viene a la mente otra fiesta con tradición gastronómica en Oviedo: el Martes de Campo o día de la Balesquida. El asunto viene de antiguo, concretamente de 1232, cuando “Velasquita” (¿Balesquida?) Giráldez, una vecina de Oviedo, hizo una importante donación en metálico a la cofradía de los alfayates o “xastres” –puede que ésta sea la cofradía más antigua de España- y también donó una casa para albergue de indigentes y peregrinos. Para conmemorarlo se celebra la procesión de la Virgen de la Esperanza y en la Capilla de La Balesquida se celebrará una misa y se bendicen unos bollos preñaos que luego se reparten en El Campo de San Francisco -el parque central de Oviedo-, junto con una botella de vino. La Sociedad Protectora de la Balesquida reparte gratuitamente casi 10.000 bollos y otras tantas botellas de vino, ese día.
También en mi villa, La Pola, se comen bollos preñaos, se bebe sidra y se toma de postre una naranja, el día de Les Comadres -el jueves de carnaval o jueves lardero-. Si el tiempo es bueno se comadra en el campo, pero si no, se comadra en dónde sea. El tema es comerse los bollos preñaos, que ahora se acompañan de tortilla de sardines salones, lengua de ternera embuchada, filetes empanados, huevos cocidos y otras delicias contundentes con las que empapar la sidra. La fiesta viene de antiguo, dicen que del Siglo XV, y su origen puede que esté en unas fiestas romanas llamadas Matronalia, la fiesta de las mujeres casadas. En su origen, como digo, el menú de Comadres se limitaba al bollu preñau, la botella de sidra y de postre una naranja. Lo de la naranja no es exótico: casi nadie sabe que en toda la cornisa cantábrica había profusión de naranjos y hay quien sostiene que el nombre Cantabria quiere decir eso: tierra de naranjos.
Pero… estábamos con el Desarme -¡ay que ver cómo me enrollo!-. El origen de la fiesta es, como casi siempre, algo confuso, pero es claro que está relacionado con un banquete que los habitantes de Oviedo dieron a las tropas carlistas. Los ovetenses eran más liberales y partidarios de Isabel II que el resto de la provincia, que, atizada por el clero, era más carlista y partidaria del absolutismo. Y echaron mano del ingenio para conjurar el peligro. Invitaron a comer a la tropa carlista y para que pudieran comer más desahogadamente, las armas quedaron a la entrada, convenientemente apiladas. Aprovechando el sopor inevitable que la buena mesa otorga a quien la disfruta, en este caso eran los voluntarios carlistas los pacificados por la comilona, los vecinos les retiraron las armas.
¡La paz sea con vosotros! Estamos mejor todos desarmados y resolviendo las disputas con el diálogo en torno a una buena mesa.
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