Como diría Cervantes, poniéndolo en boca de Don Quijote, «con la iglesia hemos dado, Sancho». En el texto original, Don Quijote se refería a una iglesia de El Toboso, pero habitualmente se usa cuando interviene la Iglesia como institución en algo y se suele decir «con la Iglesia hemos topado».
Bueno pues así es: con la Iglesia hemos topado. Ayer Cajasur, cuyo Consejo controla la Iglesia católica -¡parece mentira pero es así!- lanzó un comunicado en el que dice que es inasumible el nuevo decreto de la Consejería de Economía y Hacienda que reforma la norma autonómica de cajas de ahorros de Andalucía.
¡España es así! que diría el anuncio de una bodega jerezana.
El asunto es que la norma no daría soporte legal al protocolo de fusión alcanzado por Caja Sur con Unicaja, y pondría en riesgo la representación de la Iglesia en la nueva entidad fusionada.
Seguro que en mi post anterior sobre las cajas alguno pensó que mi anticlericalismo me llevaba a exagerar sobre el papel de la Iglesia en las Cajas pero ya veis que soy anticlerical pero no sectario: los curas a decir misa y a perdonar los pecados -¡que menuda tarea tienen, con este tema del pecado, con lo depravados que estamos todos!-.
Echo de menos a Mendizabal y su desamortización de los bienes eclesiásticos.
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