Ayer el Presidente del Banco Central Europeo, tal y como había anunciado casi de forma explícita hace algunas semanas, y tal y como se esperaba, subió los tipos en 0,25 puntos, dejándolos en un 4,25 %. El Sr. Trichet suele hacerlo así: anuncia casi explícitamente lo que va a hacer con varias semanas de antelación para evitar sorpresas y vuelcos en los mercados, y a mí me parece bien. Al Presidente Zapatero no le pareció bien que lo hiciera y llegó a criticarlo abiertamente tachando su comportamiento de poco responsable. El que es poco responsable no respetando escrupulosamente la independencia del Banco Central Europeo es el Presidente Rodríguez Zapatero. Poco responsable y además demagógico, sino ignorante, o tal vez ambas cosas.
El mandato estatutario del Banco Central Europeo, un ente independiente de los gobiernos, es mantener la inflación bajo control en la eurozona. Y eso es lo que el Sr. Trichet intenta hacer de la manera que un Banco Central puede hacerlo: subiendo los tipos de interés. Ayer dijo: «Haremos lo que sea necesario para controlar los precios». Subir los tipos al 4,25 % es ponerlos a sólo 0,25 puntos de la inflación que en la eurozona es 4 %. Y no olvidemos que el crecimiento es más del 2 %. ¿Cuál es la prioridad real, contener la inflación o estimular la economía?
En España, asociaciones de consumidores, partidos políticos, sindicatos y miembros del Gobierno parecen estar en desacuerdo con la medida. Miguel Sebastián, Ministro de Industria, que por su formación tiene que saber de sobra que hay que subir los tipos, lo mismo que David Vegara, Secretario de Estado de Economía, se permiten hacer demagogia, sin hablar claro, pero posicionándose en contra de la medida. La OCU la llama “varapalo”, y los Sindicatos dicen que es una medida «peligrosa, contraproducente e innecesaria». Hasta el PP dice es «especialmente perjudicial para España».
Ciertamente para quien está endeudado una subida de tipos le obliga a pagar más por sus préstamos. Eso es lo que se ve. Y basándose en eso construyen los demagogos su discurso .Pero para quien tiene ahorros una subida de tipos le retribuye mejor su ahorro. Y, sobre todo, una subida de tipos ayuda a contener la inflación. Y la inflación es el enemigo común a batir: pues no obliga a algunos a pagar más por sus deudas sino que: ¡obliga a todos a pagar más por todo!
El que especuló y se endeudó a tipos reales negativos en una etapa inicial en la que los bienes que adquiría subían y subían, si los realizó a tiempo, acertó. El que los adquirió ya muy caros y se encuentra ahora con que los tipos suben y los bienes ni suben ni son realizables está atrapado. Nada raro. Ha ocurrido siempre y volverá a ocurrir.
Otra cosa es el problema del común de las gentes que han adquirido una vivienda en la que vivir, que han debido pagar un precio irracional por ella, que les ha obligado a endeudarse de por vida, a causa de la burbuja que han montado los especuladores, alentada por el control que sobre la disponibilidad de suelo urbanizable han tenido los Ayuntamientos, y que ha sido su vía de financiación. A esos cada subida les cuesta unos euros que les harían falta para sus gastos corrientes sometidos a incrementos cada día por la inflación.
Pero no hay otra salida. Aquellos polvos, trajeron estos lodos.
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