Hoy sabemos cómo van los datos de la contabilidad de España correspondientes al I Trimestre y son muy malos. Caida brusca del crecimiento, caida brusca del consumo y caida algo más que brusca, más bien caida libre de la construcción de viviendas.
Se debería estar corrigiendo el déficit exterior pero ni por esas. Continúa en su tendencia de empeoramiento progresivo. La economía española en su conjunto sigue endeudándose en el exterior; familias y empresas no han frenado aún la tendencia, aunque lo suyo es que la crisis modere esto pronto.
El estado, con cuentas muy saneadas en comparación con lo que ocurre alrededor, relativamente poco endeudado, anuncia que va a perder la situación de superavit y pasar a tener déficit.
Los datos son pues muy malos, no sólo por la acelerada desaceleración del crecimiento, sino porque ninguna de las cosas positivas que deberían estar acompañando al desplome de la economía -dejémonos ya de desaceleración acelerada- están ocurriendo, por el momento. Por ahora, pese al frenazo del crecimiento, no se corrige el défict exterior ni se modera la inflación. Claro que con un petróleo tan caro ninguna de las dos cosas, ni déficit ni inflación, es fácil que se corrijan.
Algunos piensan en paños calientes para paliar los efectos de la crisis y otros pensamos que eso es: «poco pan para hoy y más hambre para mañana». Pero el asunto se está poniendo de verdad grave y cada vez peor. No hay ni un dato favorable. La inversión industrial también cae.
Mientras tanto hoy la bolsa sube; ¿es un rebote coyuntural?: ya sabéis que pienso que sí: seguirá cayendo.
Tengo verdaderas ganas de tener algo positivo para comentaroslo, pero no hay manera de encontrar nada…
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