El blog de Gustavo Mata

Estrategia: Las reglas del juego en los negocios

Etiqueta: Paul Krugman

¿TIPOS DE INTERÉS NEGATIVOS PARA SALIR DE LA CRISIS?

En este blog he defendido que los tipos de interés nunca deberían haber bajado hasta donde están. Cierto que estando tan bajos ayudan a los gobiernos a financiar sus déficits y a los particulares y empresas a sobrellevar la crisis. Tan cierto como que estos ultimos, los tipos bajos, han sido los que han llevado, entre otras causas, a esta situación.

¿Es conveniente quitarse la resaca con un copazo? Sienta bien después de una noche de juerga tomarse una copa para matar el gusanillo. Desde el popular aguardiente hasta el sofisticado Bloody Mary han sido profusamente utilizados por los dispsómanos al efecto; pero, ¡justo antes de caer definitivamente en el alcoholismo!

¿Nos os ayudan de verdad los tipos tan bajos? Pienso que no. Ahora un estudio de la Reserva Federal de EE UU maneja emplear tipos de interés negativos para contrarrestar la recesión y el desempleo.

El dinero, poco o mucho, a los que tenemos algo, nos quema en las manos, y no sabemos en donde meterlo. No parece mala forma de animarnos a invertirlo en algo saber que en el banco nos darían al cabo de un año menos dinero que el que hubiéramos depositado. Pero, ¿tiene sentido?

Según la regla de Taylor, una complicada fórmula que algunos bancos centrales aplican, que relaciona los tipos de interés con la inflación y el nivel de actividad, ahora sería recomendable aplicar tipos negativos. Según cálculos de Paul Krugman, los tipos de interés, aplicando esta regla, deberían estar en -6 puntos. Por invertir los bancos nos pagarían dinero y en lugar de devolver el préstamo deberíamos hacer todo lo posible por alargar los plazos, eternamente, y por endeudarnos más y más, sin límite alguno.

¿Con deflación y con caídas del PIB qué tipos se deberían aplicar según esta loca regla?

¡Ay Dios!

¿POR QUÉ NO TE CALLAS?

José María Aznar clausuró ayer las Jornadas de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA) en la que había intervenido el día anterior Paul Krugman. Sin justificar ni motivar sus afirmaciones, faltaría más, dice, contra lo expuesto por el Premio Nobel de Economía, que la crisis no se convertirá en una gran depresión como la de 1929. «El riesgo es bajo”. ¡Uff!, ¡Qué alivio! Ahora que Aznar, gran autoridad en el origen y la extensión de las crisis económicas, ha hablado, respiro tranquilo. ¿No le da vergüenza hablar de lo que no conoce?

Encima, después de que las ideas sobre economía  que mantiene, las mismas de Bush, hayan demostrado su capacidad para generar la crisis, se enroca en ellas y sigue con su cantinela, como si de un mantra budista se tratara; incapaz de decir otra cosa: propone el recorte del gasto público para superar la crisis y una «nueva oleada de privatizaciones de empresas públicas» -¿quedan?-. ¿No sabe que lo que hace falta es inversión masiva del estado para poder salir de este lío?

Dijo también que «vuelve a ser el momento de la política con visión amplia y sentido histórico» para España. ¿No querrá que volvamos a Irak? ¿A qué llama este caballero sentido histórico? Con su pasado falangista ¿no será la recuperación del imperio y la unidad de destino en lo universal de José Antonio Primo de Rivera lo que propugna para España?

Además dijo que considera imprescindible reabrir «un debate sereno en torno a la energía nuclear, incluidas las centrales de nueva generación», y otro para recuperar el Plan Hidrológico Nacional, ya que es «un grave error, además de ser inconstitucional» la política que pretende «atribuir la propiedad de los ríos españoles a cada Comunidad Autónoma». Menos mal que dijo algo razonable.

Para terminar dijo que «no hay espacio para políticos con minúscula», cuando es evidente que él sigue ahí, dando la lata, en manifiesta contradicción con lo que dice. ¿O es que él es un político con mayúsculas? La historia pone a todos en su sitio y él es un mediocre; claro que el actual Presidente de Gobierno es otro mediocre, pero eso no le hace a él grande.

KRUGMAN OPINA SOBRE ESPAÑA Y LA CRISIS

Paul Krugman, Premio Nobel de Economía de 2008, en una conferencia celebrada en la Confederación de Empresarios Andaluces, antesdeayer, pronostica al menos 5 años de crisis en España. Según él, nos espera un camino doloroso, o peor aún, en el caso de que en Europa haya una deflación duradera, extremadamente doloroso. Dice que nuestro país corregirá a la baja los precios un 15% de promedio y otro tanto los salarios, en relación a los del resto de la UE. Dice también que «es posible que España estuviese en mejor situación si no se hubiera unido al euro”. Menos mal que añadió que la incorporación de España al euro es irreversible y que no es planteable una salida, ni siquiera temporal, del euro, pues eso llevaría al caos.

Krugman es muy crítico respecto de cómo se está abordando el problema de la crisis desde la UE: «no existe voluntad en la Unión para tomarse esta crisis en serio; Alemania se ha opuesto a medidas serias y ha optado por un ajuste que es sólo maquillaje». Y luego añadió obviedades, como que Europa son muchos estados y que «falta capacidad de actuar de manera conjunta ante esta crisis». La salida a la crisis pasa por una política fiscal común, aunque se estaba refiriendo a una política común no sólo en Europa sino en todos los países del G-20. Aunque es pesimista y no cree en que vaya a salir nada así de la próxima reunión del G-20 a primeros de Abril: «si sale algo importante, será una sorpresa”.

Auguró tres años de deflación en el mundo y criticó duramente a Trichet, presidente del BCE: «Trichet dice que no hay riesgo de deflación, y yo me pregunto, ¿en qué planeta vive ese señor? Corremos un gran riesgo de deflación».

Considera también que el plan Obama, aún yendo en la dirección adecuada, es insuficiente. «Obama no tiene un plan de solución económica, sino de mitigación. Y eso es causa de preocupación». Respecto a las soluciones dice: ¿la salida a la crisis?: más inversión pública, mucha más, y en todo el mundo.

Aún siendo Premio Nobel de 2008, Krugman, a mi juicio, es más un genial divulgador y un gran periodista económico, que un gran economista, que, lógicamente, también lo es. Desde 2000 escribe en el New York Times desde donde ha fustigado implacablemente a Bush durante todo su mandato. Eso me gustó. Ha escrito más de 200 artículos y 21 libros –aunque sólo alguno de ellos académico, como Economía Internacional: La teoría y política”, la mayoría de sus libros son textos de divulgación-.

Paul Krugman está hoy de moda, es considerado un notable neo-keinesiano, pero no creo que vaya a pasar a la historia como uno de los grandes economistas. Tampoco va a ser, a mi juicio, el que haga la aportación clave para salir de este lío. Está demasiado ocupado por su labor divulgativa en detrimento de su labor como pensador. Y tiene -¿quién no?- algunos lunares en su historial. Por ejemplo trabajó para Enron en 1999, antes del escándalo de 2002, lo que le ha traído muchas críticas. También Entre 1982 y 1983 fue Asesor de Reagan en su Consejo de Asesores Económicos, pero cuando Clinton llega a la Presidencia no contó con él. Tal vez por eso se volcó en su labor periodística. Pero no es fácil repicar y estar en la procesión.

Yo no creo, contra lo que dice Krugman que España lo vaya a pasar peor que otros en esta crisis. Aunque lo más probable es que tenga razón él… y no yo.

En España tenemos suerte y nuestra posición de endeudados y de país no dependiente de sus exportaciones nos deja, curiosamente, al pairo de parte de los problemas de la crisis. En cuanto ganemos confianza, tendremos a nuestro favor nuestra propensión a consumir y, de otra parte, estamos ajustándonos a la nueva situación mucho más deprisa que otros. No hay más que ver las cifras de desempleo.

Ojo, ¡qué nadie me acuse de negar la terrible situación en la que estamos! No es eso lo que digo, no es que no estemos mal, pero no peor que otros. El tiempo me dará la razón: España va a salir de la crisis, que será larga, cuando salgan los demás, sino antes. Y lo de no estar en el euro, ¡no me lo quiero ni imaginar! ¡Aunque lo diga Krugman, con todos mis respetos, es una pésima idea!

PAUL KRUGMAN, NOBEL DE ECONOMÍA 2008

Paul Krugman, ecomomista y periodista ha sido reconocido tanto por “su contribución a una nueva teoría del comercio internacional”, como por “su capacidad para hacer llegar sus teorías al público, combinando el rigor de sus planteamientos con una brillante exposición y difusión”. Ya fue Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en 2004.

Krugman es considerado por la revista The Economist como el economista más notable de su generación. Es especialista en comercio internacional y responsable de  contribuciones clave a la teoría sobre las crisis cambiarias y al análisis de la política monetaria. Nació, en Nueva York en 1953; se graduó en la Universidad de Yale en 1974 y se doctoró en el Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT). Desde el año 2000, es profesor en la Universidad de Princeton y antes lo fue en el MIT y en la Universidad de Stanford. Es autor de 20 libros y es columnista habitual del ‘New York Times’. Desde hace algún tiempo publica también en El País y ha sido uno de los principales ponentes en el Congreso EXPORTA 2008.

En Septiembre de 2003, Krugman publicó una recopilación de sus artículos periodísticos The Great Unraveling que es un ataque feroz contra la políticas económica y exterior de Bush,en donde pronosticó la crisis actual: «el enorme déficit fiscal, la disminución de impuestos, el aumento del gasto público, y la guerra de Irak, son insostenibles y generarán una gran crisis», decía;  en el libro se denuncia la subordinación del poder económico, del poder político y hasta del poder judicial de los Estados Unidos a la extrema derecha que representan Bush y sus amigos.

Krugman ha sido un azote crítico para el presidente George Bush y su política neoliberal desde su tribuna del New York Times; él es un genuino liberal que no ha dudado en quitar la careta a los falsos liberales: los neoliberales dogmáticos, quienes se habían arrojado en brazos de los poderosos cínicos que se han aprovechado de la libertad sin cortapisas ni regulaciones de los mercados que estos profetas predicaban, para acumular escandalosas cantidades de dinero inflando al burbuja que ahora nos ha estallado a todos bajo los pies, contaminándolo todo, creando la desconfianza en las finanzas y poniendo en riesgo todo el sistema.

¡Me alegro del Premio y de lo que significa!

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