Doña Esperanza Aguirre quería abrir el debate de las ideas en el PP. Hizo una maniobra arriesgada y sutil, postulándose como líder, pero desmintiendo que se postulara, aunque no definitivamente – porque no hay nada inmutable, ni lealtades inquebrantables -: de momento no está en mis planes, dijo, para conseguir abrirlo. Finalmente, gracias, parece, a Doña Esperanza, se abrió el debate de las ideas.
¿Qué ideas se están debatiendo? El debate, si es que, lo hay, es de reparto de cargos y punto. Faltan cuarenta y tres días para el Congreso del PP y D. Mariano sigue deshojando las diversas margaritas y dudándolo todo como si fuera Hamlet: ¿ser o no ser?, o mejor: ¿estar o no estar en la pomada?, esa es la cuestión. Mientras tanto, salvo Zaplana, Acebes y Pizarro, que son los que saben ya lo que va a pasar con ellos, todos están preparando el debate de ideas del próximo Congreso; o sea: ¿qué hay de lo mío, Mariano? ¡Vaya debates de ideas!
Dicen que Franco separaba los problemas en dos categorías: los que no tenían arreglo y los que el tiempo arreglaría. Parece ser que en su mesa estaban los expedientes en esos dos famosos montones, separados, los que no tenían arreglo por un lado y los que el tiempo arreglaría por otro. A él – que además era bajito – casi no se le veía en su silla, detrás de los famosos montones que tenía sobre la mesa. Un monumento a la inacción y al cinismo como táctica política. El Sr. Rajoy, gallego como el dictador, sin más en común con éste que su origen geográfico, estoy seguro de ello, haciendo honor al tópico sobre la forma de ser de los gallegos – cuando te los encuentras en una escalera no sabes si suben o bajan – parece otro monumento vivo a la duda y a la inacción.
Líder, “leader”, viene de “to lead”, conducir, o sea ponerse delante del grupo y tirar en una dirección para que la gente a la que lidera le siga. ¿Es D. Mariano un líder? ¿Qué es D. Mariano?: parece una duda encarnada en una persona. A pesar de todo, el PP no quedó muy lejos del PSOE en las últimas elecciones: ¿a dónde hubiera llegado si hubiera tenido un líder? D. Mariano repite que D. José Luis Rodríguez Zapatero es el peor presidente de la democracia, deduzco de sus palabras y de su doble derrota frente al peor presidente de la historia reciente, que él es el peor jefe de la oposición de la democracia.
El papel de la oposición no es, como algunos parecen creer, dificultar la labor del gobierno; su misión es contribuir, mediante la crítica, a mejorar su desempeño, demostrando de paso que es mejor opción para gobernar que ellos y acabar así mereciendo el voto mayoritario de los ciudadanos en las próximas elecciones. Mientras entramos a velocidad de vértigo en una de las peores crisis financieras y ¿económicas? globales que el mundo haya conocido, el PP está haciendo bodoques o calceta, mirándose el ombligo. ¡Vaya tropa! Así el PSOE se dedica, en lugar de a abordar las medidas imprescindibles para afrontar la situación, o sea a gobernar, a marear la perdiz, mientras se ríe por lo bajo de lo que pasa en el seno del PP con el debate de las ideas. Si el PP estuviera haciendo de veras su trabajo estaría imponiendo que el PSOE se ocupara de gobernar, o sea, estaría haciendo oposición, que es lo que le toca hacer, y lo que hace falta que haga, en lugar de seguir haciendo el ridículo delante de la perpleja ciudadanía, lo que a nadie le hace falta que haga, y menos aún al propio PP; ni siquiera al gobierno, que necesita una oposición y le vendría tenerla como agua de Mayo a la tierra seca – por fín veo desde Lima que en España llueve a manta, ¡albricias!, cuando llueve en España, llueve dinero además de agua y falta nos hace, casi tanto como una oposición que merezca tal nombre… -.
Gustavo Mata
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