El hotel dónde se ha celebrado la cumbre ha decidido enterrar unos recuerdos sobre la misma en una “cápsula del tiempo”, durante 100 años. ¿Qué dirán los que la desentierren? Espero sinceramente que quede alguien para hacerlo, aunque no sé el interés que tendrá descubrirlo. Me imagino la sorpresa y el escándalo de los que desentierren la tal cápsula, cuando vean que en una cumbre en la que se iba a hablar de soluciones a la pobreza y al uso razonable de los recursos no renovables se organizó una cena con un menú de diecinueve platos: maíz con caviar, dados de atún con aguacate, gelatina de soja, almejas hervidas, salmón ahumado, erizos de mar, gambas, ternera, delicias de verduras, etc. bajo el sugestivo nombre de »Bendiciones de la Tierra y del Mar». La crisis alimentaria era el objetivo del primer día. Que no los bendiga nadie y que caiga la maldición de los hambrientos sobre sus conciencias es lo que se merecen.
Los del G 8 no han hecho más que ponerse de acuerdo, una vez más, en cumplir un compromiso de reducción al 50 % de las emisiones pero en 2050, lo que nos enfrenta a un doble dilema: ¿Será la primera vez que cumplan uno de sus compromisos o no? ¿Cumplir el compromiso en el 2050 serviría ya para algo? Además China e India, que suman el 25% de la emisión de dióxido de carbono, al frente de las cinco economías más en crecimiento no están dispuestas a compromisos de recortar a la mitad los gases para 2050. Aunque los ricos estaban dispuestos a dar tecnología y fondos –tal vez para seguir haciendo negocios con el tema- China e India dicen que no. O sea que el acuerdo, como era de esperar no se cumplirá.
Los dos grupos han acordado cooperar para resolver el problema de la subida de los precios de los alimentos. ¿Pero cómo? Eso no lo tienen claro. Parece que al menos han detectado que las subvenciones agrícolas y las restricciones al comercio no ayudan a resolver el asunto, pero ¿ha habido algo más?
Durante la reunión, los países del G-5 y del G-8 han abordado también el alza de los precios del petróleo, pero no estaban los que lo producen. ¡Lástima, si no en una cenita más de éstas lo arreglaban!
¡Esto es una indecencia inadmisible! ¡Y encima son unos horteras!
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