El blog de Gustavo Mata

Estrategia: Las reglas del juego en los negocios

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4.000.000 DE PARADOS

En sólo tres meses, hemos aumentado el número de parados en más de 750.000. Según la Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre del año, la tasa de paro ha aumentado hasta situarse en el 17,36% de la población activa, con lo que el número de desempleados ha alcanzado los 4.010.700, la cifra más alta de la historia, tras incrementarse en 802.800 personas entre enero y marzo. En 1998 el porcentaje de parados era mayor, 17,99%, y en 1994, el número de parados llegó a 3.932.900 millones de parados. No es ningún consuelo. Sólo trato de que se pueda comparar la situación, de alguna manera.

Ya hemos llegado a lo que nadie hace poco se atrevía a pronosticar: 4.000.000 de personas en paro en España. Y lo peor es que cada vez hay más y más personas incorporándose a esa legión cuyo horizonte temporal se oscurece hasta límites insufribles.

Y eso que mi “favorito” Celestino Corbacho decía que en Marzo empezaría a repuntar la economía. ¡Qué le amordacen! Ahora dice la Vicepresidenta Elena Salgado que confía en que las medidas anti crisis tengan efecto a partir de abril. Mal empezamos; con declaraciones anestésicas no se arregla nada.; aunque ha reconocido la «gravedad y profundidad de la crisis» vuelve a ser irracionalmente optimista.

La recesión en España no es peor que en otros países y el paro ha aumentado mucho más deprisa. Todo parece indicar que pese a que una parte importante del empleo es muy rígida, por los altos costes que tendrían los reajustes, otra parte, la de los contratos basura y la de los emigrantes con poca antigüedad, no lo era y ha sido ajustada a gran velocidad. Eso es tremendo para quien se queda en el paro, y muy gravoso para todos, por los subsidios, además de que contribuye a que el consumo sea cada vez más débil, pero es parte del camino necesario para que la economía se pueda reajustar y reemprender la marcha. Y se está recorriendo deprisa. ¡Ojalá que pronto pueda hacer alguna buena noticia! De momento no las hay.

UNOS Y OTROS ME TIENEN HARTO

El Presidente del Gobierno trató de infundir confianza -creo que fue la palabra que más utilizó en el programa «Tengo una pregunta para Vd…»-, para afrontar juntos las consecuencias de la crisis y así salir antes de ella. También dijo que aquellos que no estuvieran afectados por la crisis debían consumir porque así ayudarían a que no se perdieran tantos puestos de trabajo en España. Así mismo instó a la banca a que concediera préstamos a las empresas para que pudieran afrontar su normal actividad económica.

Todo eso está bien, pero se me antoja perfectamente inútil. Comprendo que el Presidente debe ir a dar la cara y decir lo que dijo, pero ¿aumentó la confianza de algún sector de la población después de oírle?, ¿están más predispuestos a consumir los que aún mantienen sus empleos y sus ingresos?, ¿algún banco va a variar su estrategia de mirar con lupa a cada peticionario de crédito y denegar éste en cuanto no esté todo más que claro?: me temo que no.

Cuando te piden tantas veces confianza lo más probable es que te inquietes y que desconfíes. Por mucho que nos animen a consumir, todos estamos ahorrando como locos por si acaso vienen peor dadas en el futuro próximo. ¿Cómo vamos a invertir en un piso, por ejemplo, ahora si todos esperamos que bajen más? ¿Cómo vamos a invertir en bolsa si está muy volátil y puede bajar más?

Los bancos pronto se darán cuenta de que su negocio es prestar dinero y empezarán a prestarlo, aunque sea tomando algo de riesgo, pero por mucho que el Presidente les inste a prestar dinero no lo van a hacer ahora a menos que tengan todas las garantías. Si lo hicieran, ¿sería bueno para ellos y, por ende, sería bueno para la economía?: No.

Queridos amigos, las crisis se pasan purgando el sistema. Purgar los excesos pasa porque muchas empresas, las menos eficientes, caigan, y eso dará lugar a que haya más y más desempleo. Es doloroso, dolorosísimo, pero inevitable. No es con llamadas a la confianza, llamadas a la responsabilidad de la banca o a que los que puedan consuman como se arregla.

Se pueden paliar los efectos de la crisis con un programa de fuerte inversión pública, con una protección adecuada a los que se vean más afectados, inyectando liquidez y comprando activos a la banca, pero no le pidamos a la gente ni a la banca, en serio, que actúe en contra de lo que su razón le indica, porque no lo hará.

A todo esto, el PP sigue entretenido en su lucha interna, tirándose dosieres a la cara, investigándose irregularmente unos a otros y encantados de que haya crisis. Al menos eso es lo que parece. A mí, cada vez que les oigo, me dan la impresión de que están encantados de que nos vaya tan mal. Como esa misma impresión se la estén dando a muchos van a pagar un alto precio electoral. Se están equivocando otra vez más. La crisis les había puesto muy fácil desgastar al Gobierno y no lo están consiguiendo. La situación es como para que le sacaran diez puntos en intención de voto al PSOE y no es así. ¡Qué mala oposición están haciendo! ¡Qué malos son!

Falta unidad de verdad entre los partidos para afrontar la crisis. Eso sí que nos daría confianza: ver que se dejan de tirar los platos a la cabeza un rato para pensar en sacar esto adelante juntos. Pero no. Unos a negar las evidencias y otros a exagerar lo mal que estamos. Mientras, en otros países, Gobierno y Oposición están trabajando juntos. ¡Qué envidia!

Con la cantidad de reformas que tenemos pendientes, los partidos y las oligarquías varias del país tratan aún de mantener sus anacrónicos privilegios que tanto rigidizan el sistema. No paramos de verlo cada día. Nadie parece darse cuenta de que lo mejor sería estar trabajando para facilitar que cuando llegue el momento podamos salir mejor de la crisis. Notarios, jueces, procuradores, funcionarios públicos, y sobre todo, el aparato de los partidos y los políticos en ejercicio, los que mandan, no paran de darnos muestras de que no abordan las reformas que necesitamos porque lesionan sus intereses. ¡Llamemos a las cosas por su nombre!

De una vez por todas pónganse a la tarea. En España es difícil crear una empresa, es difícil cerrarla, hay trabas para contratar gente y para despedirla, no se consigue fácilmente crédito, hay pocas garantías para los inversionistas, etc., etc. ¿Por qué no lo arreglan de una santa vez olvidándose de que al hacerlo van a perjudicar los intereses de algunos grupos? ¿Es que no es más importante el interés de todos? Atrévanse a gobernar, propongan reformas y sacrificios razonables a todos; y a la oposición, atrévanse a proponer algo sensato y dejen de dar la lata con lo mal que estamos: ¡ya lo sabemos!

¡Unos y otros me tienen harto! ¡Nos tienen a todos más que hartos! ¡Vale ya!

TONTERÍAS DEMAGÓGICAS

Miguel Sebastián, ministro de Industria, Turismo y Comercio de España, en un desayuno con la prensa, la semana pasada, recomendó consumir productos «made in Spain» para combatir el paro en España. Bastaría con que 150 euros del gasto anual de cada español que se dediquen a productos extranjeros se cambien por consumo de productos nacionales. Así se compensaría el efecto en el empleo de que el consumo caiga en 7.000 millones de euros en el año en curso. Dijo que así se podrían salvar 120.000 empleos en 2009. «No decimos que la gente consuma más sino que en el hábito de consumo se introduzca el factor español».

A mí, lo dicho por Sebastián me ha recordado a algunas cosas que decían los Ministros de Franco cuando yo era pequeño, cuando pensaban en la autarquía como forma de defender a España de las perversas democracias occidentales y sus maquinaciones contra España, dirigidas siempre por la masonería internacional. Tal vez Miguel Sebastián hubiera podido hacer un buen papel al lado de Ministros de talante demagógico y populista de esa época como Solís, “la sonrisa del régimen”, o Girón de Velasco “el león de Fuengirola”. ¿Cómo habría que llamarle a él? Se me ocurren muchas ideas al respecto pero no quiero parecer ofensivo.

O sea que siglos después de que Adam Smith descubriera que el comercio mundial contribuía a la riqueza de las naciones haciendo que cada quien se especialice en lo que puede hacer mejor y comerciando luego entre todos; muchos años después de que la disputa entre librecambistas y proteccionistas esté más que saldada; cuando todos los países acaban de consensuar que un nuevo proteccionismo sólo agravaría la crisis, viene Sebastián y redescubre la autarquía como forma de preservar a nuestra economía.

¿Qué pasaría si todos los países hicieran lo mismo?, ¿a dónde iríamos todos, ¿retrocederíamos más de medio siglo en el progreso de la humanidad?, ¿o un siglo entero?, ¿o varios siglos?

Sr. Sebastián: creía que era muy listo y, ahora, me parece muy poco listo. Eso no puede ser así. Seguro que es Vd muy listo. ¿Entonces es que es un demagogo? No me deja muchas opciones a la vista de que de vez en cuando, más de lo debido,  dice tonterías demagógicas.

¿Os acordáos de las medidas para ahorrar energía?

LA CRISIS ECONÓMICA MUNDIAL

Buenos días a todos, gracias a la UVM por la oportunidad que me da de dictar esta conferencia. Gracias de verdad. Es un verdadero honor para mí.

La verdad es que no hay mucho que añadir después de la catarata de noticias, comentarios, análisis, editoriales, manifiestos, discursos, etc. que esta enorme crisis, en la que estamos metidos de lleno, está generando.

Hablaré un poco de sus causas, de las terapias que se están aplicando por parte de los gobiernos y de los bancos emisores y de algunas cosas más que ya se deberían haber hecho y que hay que abordar pronto, tanto en México como en España, para que la salida de la crisis sea más rápida.

Finalmente trataré de dar una visión desde la óptica de quienes me escuchan, profesionales y directivos, tratando de que les sirva mi consejo para algo.

LAS CAUSAS DE LA CRISIS ECONÓMICA MUNDIAL

PRIMERA CAUSA LOS CICLOS DE LA ECONOMÍA

Hay una causa primera y fundamental: la economía tiene ciclos, y a fases de crecimiento suceden fases de ajuste. Siempre ha habido ciclos y parece que siempre los habrá; aunque esta vez parecía que los ciclos se habían acabado, pues durante muchos años todos habíamos disfrutado de un alto crecimiento, todo tiene su fin; ahora toca la fase de ajuste.

SEGUNDA CAUSA EL ABUSO DE UNA POLÍTICA DE TIPOS DE INTERÉS BAJOS

La política monetaria que cada vez es más sofisticada, como consecuencia de que en cada crisis los economistas aprenden más y más sobre la economía, puede, y de hecho lo hace, contribuir a alargar las fases de crecimiento y a acortar las de ajuste.

La política monetaria clásica dice que si pones más dinero en circulación -inyectar liquidez al sistema, lo llaman ahora- y bajas los tipos de interés la economía se anima; si ésta se anima excesivamente –se recalienta- aumenta la inflación -suben los precios- y para corregir la inflación lo que se debe hacer es drenar liquidez al sistema y subir los tipos de interés; que haya menos dinero en circulación y que éste sea más caro; a corto plazo eso genera muchos problemas, pero es la única forma de que a medio plazo se retome la senda del crecimiento con control de la inflación.

Conseguir el equilibrio es delicado. El juego es sutil y se ve muy afectado por la confianza: si los entes económicos empiezan a desconfiar anticipan y acentúan las crisis y si empiezan a confiar o vislumbran que la situación va a mejorar anticipan la salida de las crisis.

Para animar la economía estadounidense, singularmente después de los salvajes atentados del 11 de Setiembre, se insistió en una política de intereses bajos; tan bajos que eran inferiores a la inflación, o sea los tipos reales de interés eran negativos. En ese contexto si no te endeudabas eras un idiota. Durante años casi todos nos hemos puesto a aprovechar la coyuntura. Todo se compraba y en consecuencia todo subía. Los bancos prestaban fácilmente a cualquiera, conscientes de que la simple revalorización de los activos era garantía suficiente. Así se han abordado muchas inversiones, en realidad poco rentables, por parte de entes en realidad poco solventes, comprado activos excesivamente caros, es decir con precios inflados, endeudándose a plazos excesivamente largos y con apalancamientos inverosímiles.

Pero todo marchaba muy bien. Parecía que la bonanza nunca se iba a acabar: eso es lo que siempre se percibe justo antes de que se desencadene la tormenta, pocos son los que se atreven a decir que está a punto de pasar algo, y entonces pasa, luego nos explican lo que pasó y por qué pasó pero nadie se atreve a pronosticarlo porque antes no se sabe con certeza nada.

LA ESPOLETA DE LA CRISIS

Se concatenan cuatro hechos que ceban el explosivo que se había estado prensando en el recipiente de la bomba.

PRIMERO: LAS HIPOTECAS SUBPRIME

Los bancos y otros entes financieros estadounidenses, habían dado demasiados créditos hipotecarios a gentes insolventes, lo que les permitía cobrar tipos más altos que si los clientes fueran solventes. Son las hipotecas subprime que se dan a los llamados ninjas –no incomes, no job, no assets -. En caso de impago el valor siempre creciente del inmueble era la garantía. El valor era creciente por la burbuja inmobiliaria que los tipos bajos y la laxitud en la otorgación de créditos estaba impulsando.

SEGUNDO: LA TITULIZACIÓN DE LAS HIPOTECAS

Además, los bancos prestatarios, habían titulizado esa deuda –mezclando la deuda buena con la mala- y la habían vendido a terceros -es decir, el que había recibido el crédito ya no se lo debía devolver al banco sino a otro que había comprado la deuda- con jugosas comisiones para el banco en la operación. La deuda había sido calificada –dolosamente- como buena por las agencias de rating, pero era realmente mala. En muchos casos esa venta de deuda se hizo varias veces en cascada.

TERCERO: LOS INCENTIVOS OBSCENOS DE LOS DIRECTIVOS DE LA BANCA

Eso inflaba los resultados de los bancos y engordaba los incentivos de los dirigentes de la banca. Éstos – que cobran salvajadas de incentivos si tienen buenos resultados y que también cobran salvajadas de indemnización si éstos son malos y los tienen que echar – tomaron demasiados riesgos. Impulsaron una política de riesgo excesivo contra toda razón.

CUARTO: LA DESREGULACIÓN MILITANTE DE LOS NEO CONSERVADORES DEL GOBIERNO BUSH

Todo esto se hizo especialmente posible gracias a la desregulación militante impulsada por el Gobierno Bush, que afectaba a toda la banca. La tesis era que la banca no necesitaba regulación, debía auto regularse. Los partidarios de la libertad sin límites ni marco que la haga posible han pensado que el ejercicio de la libertad era posible sin un marco regulatorio que obligase a todos a respetar unas reglas comunes. No han sido unos ingenuos bienintencionados los que lo promovieron; sabían bien lo que hacían; trataban de moverse en la frontera de la legalidad, del lado de fuera, aprovechándose de la llamada auto regulación.

Ha habido demasiado neoliberalismo dogmático y demasiada intoxicación programada durante años con el eslogan: el estado es el problema y no la solución. Estos neoliberales dogmáticos les han hecho el caldo gordo a los cínicos de siempre, a los que la única libertad que les interesa es la propia.

Alan Greenspan reconoce ahora “que los mercados deberían haber estado más regulados y reconoció que estuvo equivocado cuando apostó por la desregulación; los mercados deberían estar mucho más regulados para haber impedido el peor tsunami financiero del último siglo”.

EL PRINCIPIO DE LA CRISIS

EL FIN DE LA BURBUJA INMOBILIARIA

La burbuja inmobiliaria empieza a desinflarse en el verano del 2007. Empiezan los impagados y la deuda es mayor que el valor del bien hipotecado. Algún banco empieza a tener problemas con la morosidad.

ES NECESARIO PROVISIONAR LAS PÉRDIDAS

Pronto el mal se generaliza pues todos los bancos estaban contaminados. Todos debían dotar tremendas provisiones para sanear sus balances, eliminando la deuda que no iban a cobrar nunca, pero nadie quiere reconocer hasta qué punto está afectado. Empieza la desconfianza.

PROBLEMAS DE SOLVENCIA EN LA BANCA

Muchos bancos tienen problemas de solvencia al tener que tomar las pérdidas, y a varios ha habido que salvarlos. A alguno se le deja caer y eso es aún peor para la confianza. Aunque rápidamente se rectifica, y no se deja caer a ninguno más, el daño ya está hecho.

SE INSTALA LA DESCONFIANZA ENTRE LOS BANCOS

Los bancos que no saben hasta qué punto están los demás bancos afectados no se fían de los demás bancos. Pronto la desconfianza se extiende a la economía real y los bancos tampoco se fían de los clientes. Los bancos, aún en liquidez, no prestan a terceros ni se prestan entre ellos con lo que entramos en problemas todos y la recesión se instala.

LOS CLIENTES RETIRAN LOS DEPÓSITOS

El colmo es cuando la desconfianza llega a los clientes que no se fían de los bancos y retiran muchos depósitos.

No hay banco que no sea en sí mismo un problema de liquidez y que pueda sobrevivir a una retirada masiva de depósitos; todos están en riesgo y ha habido que inyectar de nuevo liquidez para salvarlos. Aunque la Reserva Federal Americana y el Banco Europeo inyectan cantidades salvajes de dinero, éste, en lugar de entrar en el circuito financiero, a través de los préstamos interbancarios se queda fuera de éste, volviendo a las emisiones del Tesoro Público de los estados o alimentando los mercados especulativos.

Y LLEGA LA BAJADA DE LAS BOLSAS

Las bolsas no bajan hasta final del año 2007, alimentadas hasta entonces en parte por las inyecciones de liquidez, luego inician una bajada vertiginosa.

El valor decreciente de las carteras de valores refuerza y agrava los problemas de todo el sistema, no sólo del financiero.

LA EVOLUCIÓN DE LA INFLACIÓN

El consumo de petróleo estaba disparado por décadas de crecimiento; pero se trata, al fin, de un recurso no renovable. Aunque los países desarrollados habían sabido disminuir la dependencia relativa de su producción del consumo de petróleo, China e India y otros países en desarrollo tiraban fuertemente de éste. Además, la situación en los países productores no era especialmente estable: ni en el Oriente Medio, ni en Venezuela, ni en África, los países productores están pasando por situaciones que permitan aumentar -ni a corto plazo ni a medio o largo plazo- la producción. El petróleo, sometido además a una fuerte especulación por el exceso de liquidez empieza una escalada en la que llega a 150 dólares el barril.

También los alimentos básicos se disparan de precio contribuyendo al aumento de la inflación, primero por un aumento de la demanda -otra vez China e India- segundo por una serie de coyunturas desfavorables para la producción, tercero porque una parte de la producción de cereales se ha destinado a producir biocombustibles, y cuarto, porque con tanta liquidez en el sistema se especula con cualquier cosa que pueda subir.

La inflación empezó a descontrolarse en Europa y a crecer en la mayor parte de los países.

LA RECESIÓN MUNDIAL SE INSTALA

Ahora la economía mundial está entrando en una recesión: crecimiento negativo de la economía. Instalada la recesión en todo el mundo desarrollado los problemas se extienden rápidamente. China debe afrontar una grave caída de demanda mundial que trata de compensar con inversiones sin precedentes en infraestructuras en el país. India también. Los mercados de primeras materias, hasta hace nada pujantes, se derrumban arrastrando hacia la recesión a muchas economías de países en desarrollo que hasta ahora se consideraban relativamente inmunes a la crisis que parecía afectar sólo a los Estados Unidos y a Europa. El petróleo baja hasta los 50 dólares el barril.

LA GESTIÓN DE LOS GOBIERNOS

¿Qué hacer ahora con los tipos DE INTERÉS?

Ante esta situación, la Reserva Federal cree que para evitar la recesión, lo que debe hacer es bajar los tipos de interés y los baja hasta situarlos en niveles casi cero, lo que supone tipos reales negativos.

Los europeos creían, inicialmente, que para evitar que se descontrolase la inflación lo mejor era subir los tipos, aunque eso frenase el crecimiento. Todavía en Octubre el BCE decidía mantener los tipos en su nivel más alto de los últimos siete años: el 4,25%, por el repunte inflacionista en todo el mundo por la crisis del petróleo, de las materias primas y de los alimentos, pese a que la Unión Europea estaba ya entrando en recesión. No olvidemos que el BCE, por mandato, debe ocuparse por encima de todo, de mantener una baja inflación en el área euro. Pero pronto los europeos se ven arrastrados a la dinámica de bajarlos. A comienzos de Noviembre el Banco de Inglaterra recorta, por sorpresa, los tipos de interés en 1,5 puntos porcentuales, hasta dejarlos en el 3% pese a la alta inflación británica que en septiembre llegó al 5,2%. El BCE recortó medio punto el precio del dinero, hasta el 3,25%, su nivel más bajo desde octubre de 2006. Después viene bajadas conjuntas mayores. Ayer mismo el BCE bajó los tipos hasta el 2,5%.

¿Están resolviendo la crisis con su alocada política de rebajar y rebajar los tipos? No. Aunque hayan sostenido su crecimiento unos meses más, creo que es un lenitivo momentáneo con graves efectos a medio y largo plazo. Aunque ahora bajarlos pudiera tener un efecto estimulante a corto plazo, sería muy mala política a medio plazo. No se arregla nada manteniendo los tipos bajos cuando la causa última de la crisis – no la única – ha sido mantener los tipos bajos. En el contexto actual de paralización no hacen efecto alguno las bajadas de tipos como acaba de reconocer el propio Ben Bernanke.

Hagamos lo que hagamos ahora con los tipos, hasta que la confianza se recupere, las bolsas seguirán arrastrándose por los mínimos o bajando más aún, nadie invertirá en crear nada, el paro aumentará y todos lo pasaremos mal. Sólo cuando la confianza vuelva a la economía, y no lo hará de golpe sino lentamente, se sabrá bien qué hacer con ellos. Yo creo que, por eso mismo, no es bueno bajarlos tanto.

La causa última de la recesión no está en los tipos de interés altos, sino todo lo contrario. Ya sé que ahora subir tipos o mantenerlos supone una purga dolorosa del sistema, dolorosa pero necesaria si se quiere detener la inflación y sentar las bases de la senda futura del crecimiento. En mi humilde parecer, las circunstancias de la falta de crédito por la crisis de confianza derivada del fiasco de la banca de inversión norteamericana, contagiada al resto de la banca americana y a gran parte de la banca mundial a través de los sofisticados productos estructurados, en cuyo origen último está, entre otros, una sostenida política de tipos, en exceso, bajos, no se va a arreglar bajando los tipos de interés. La juerga previa fue muy fuerte y duró mucho, parecía que la bonanza nunca se iba a acabar, pero no se puede combatir la resaca – la cruda como dicen por aquí – tomándose para desayunar un “Bloody Mary” –un cocktail de vodka con zumo de tomate-, como recomiendan algunos dipsómanos, por más que efectivamente te siente bien, momentáneamente, después de una noche de excesivas libaciones alcohólicas,  empezar el día tomando otro trago, porque así uno llega en pocas semanas al alcoholismo.

INVERSIONES PÚBLICAS MASIVAS PARA SALVAR LA ECONOMÍA

Éste es el momento, no sólo de la intervención en los mercados financieros y de la supervisión efectiva de los mismos, ahora toca que los estados inviertan en infraestructuras y en planes para paliar los efectos de la crisis entre los más desfavorecidos.

El carrusel mundial de anuncio de gigantescas inversiones públicas para tratar de combatir la recesión, que se extiende por todo el planeta como una nueva plaga apocalíptica, ha sido constante y espectacular. Todos los políticos del mundo desarrollado se han metido en una alocada carrera de lanzar propuestas de inversiones de cuantías tremendas que cada vez que son anunciadas por cada uno de ellos son copiadas por los demás.

Todo esto está muy bien, pero anunciando caóticamente medidas cada día, improvisándolas, lo que están trasmitiendo los políticos de todo el mundo, es que no saben qué es lo que hay que hacer. Y eso nos inquieta aún más y fomenta la crisis de confianza. Parece que nada de lo que anuncien va a conseguir ningún efecto más que el de ponernos aún más nerviosos a todos. Nos están contagiando constantemente su inseguridad.

Las bolsas apenas reaccionan a estas medidas. Lo mismo que ante las bajadas de los tipos de interés. Nada parece que pueda sacarlas de su pánico.

A ver si llega Obama y agarra el timón del mundo con acierto. Para Obama “EE UU se enfrenta a una crisis de proporciones históricas”. La primera prioridad de su equipo será aprobar un “gran paquete de estímulo” consistente en una tremenda inversión en infraestructuras y servicios sociales para salir de ella porque “si no se actúa con prontitud, en 2009 se perderán millones de empleos”; “no se puede perder ni un minuto”. Se calcula que en el plan se invertirán entre los 500.000 y los 700.000 millones de dólares: lo mismo que ha costado hasta ahora la guerra de Irak.

ALGUNAS RECOMENDACIONES ADICIONALES PARA LOS GOBIERNOS

Además de sostener una política de tipos de interés razonable y de invertir en infraestructuras y en apoyo social a los desfavorecidos por la crisis, sin incurrir por ello en déficits masivos que comprometan gravemente a las futuras generaciones, como fácilmente puede ocurrir –ya estamos proponiendo llegar al 7 % de déficit en los EEUU y pasar del 3 % en la UE-, lo que el mundo necesita para salir de la crisis pronto es un marco regulatorio financiero mundial claro y mucha flexibilidad en todas las economías para reasignar rápidamente los recursos.

Concretamente México, este país que hoy me acoge, al que llevo siempre en el corazón, y España, mi patria, que amo apasionadamente y de la que, como dijo Tomás y Valiente, me gustan hasta sus defectos, tienen mucho que hacer para mejorar en flexibilidad.

Entre las 181 economías analizadas por el informe Doing Business 2009 México ocupa el lugar 115 en facilidades para abrir un negocio, el 33 para conseguir permisos de construcción, el 141 para contratar trabajadores, el 88 en registro de propiedades, el 59 en obtención de créditos bancarios, el 38 en protección eficaz de inversores, el 149 en carga impositiva, el 87 en tráfico transfronterizo, el 79 en garantía de cumplimiento de contratos y el 23 en facilidades para el cierre de empresas. España ocupa el lugar 140 en facilidades para abrir un negocio, el 51 para conseguir permisos de construcción, el 160 para contratar trabajadores, el 46 en registro de propiedades, el 43 en obtención de créditos bancarios, el 88 en protección eficaz de inversores, el 84 en carga impositiva, el 52 en tráfico transfronterizo, el 54 en garantía de cumplimiento de contratos y el 19 en facilidades para el cierre de empresas. En conjunto España es el 49º del ranking en facilidades para hacer negocios y México el 56º.

Santa Teresa decía que por qué preocuparse de aquello que no tenía solución, o cuya solución no estaba a nuestro alcance, si uno se podía ocupar de aquello que dependía de uno. Ocupémonos de flexibilizar seriamente nuestras economías – ese es mi consejo – y no nos preocupemos tanto. ¡Al trabajo!: no es fácil porque supone retirar muchos privilegios a los instalados, pero es el camino para mejorar todos.

“ALGO MUY GRAVE VA A SUCEDERLE A ESTE PUEBLO”

Gabriel García Márquez

En un congreso de escritores, al hablar sobre la diferencia entre contar un cuento o escribirlo, García Márquez contó lo que sigue «para que vean después cómo cambia cuando lo escriba». Creo que viene a cuento de la situación en la que estamos.

´”Imagínese usted un pueblo muy pequeño donde hay una señora vieja que tiene dos hijos, uno de 19 y una hija de 14. Está sirviéndoles el desayuno y tiene una expresión de preocupación. Los hijos le preguntan qué le pasa y ella les responde: ‘No sé, pero he amanecido con el presentimiento de que algo muy grave va a sucederle a este pueblo’.

El hijo se va a jugar al billar, y en el momento en que va a tirar una carambola sencillísima, el otro jugador le dice: ‘Te apuesto un peso a que no la haces’. Todos se ríen. Él se ríe. Tira la carambola y no la hace. Paga su peso y todos le preguntan qué pasó, ¡si era una carambola sencilla! Y él contesta: ‘es cierto, pero me he quedado preocupado de una cosa que me dijo mi madre esta mañana sobre algo grave que va a suceder a este pueblo’.

Todos se ríen de él, y el que se ha ganado su peso regresa a su casa, donde está con su mamá, feliz con su peso y le dice: Le gané este peso a Dámaso en la forma más sencilla, porque es un tonto. ¿Y por qué es un tonto? Porque no pudo hacer una carambola sencillísima, según el preocupado con la idea de que su mamá amaneció hoy con la idea de que algo muy grave va a suceder en este pueblo. Y su madre le dice: No te burles de los presentimientos de los viejos, porque a veces ocurren.

Una pariente que estaba oyendo esto y va a comprar carne. Ella le dice al carnicero: ‘Deme un kilo de carne’, y en el momento que la está cortando, le dice: Mejor córteme dos, porque andan diciendo que algo grave va a pasar y lo mejor es estar preparado’. El carnicero despacha su carne y cuando llega otra señora a comprar un kilo de carne, le dice: ‘mejor lleve dos porque hasta aquí llega la gente diciendo que algo muy grave va a pasar, y se están preparando y comprando cosas’. Entonces la vieja responde: ‘Tengo varios hijos, mejor deme cuatro kilos…’ Se lleva los cuatro kilos, y para no hacer largo el cuento, diré que el carnicero en media hora agota la carne, mata a otra vaca, se vende toda y se va esparciendo el rumor.

Llega el momento en que todo el mundo en el pueblo, está esperando que pase algo. Se paralizan las actividades y de pronto, a las dos de la tarde, alguien dice: ¿Se ha dado cuenta del calor que está haciendo? ¡Pero si en este pueblo siempre ha hecho calor! Sin embargo -dice uno-, a esta hora nunca ha hecho tanto calor. Pero a las dos de la tarde es cuando hace más calor. Sí, pero no tanto calor como hoy. Al pueblo, todos alerta, a la plaza desierta, baja de pronto un pajarito y se corre la voz: ‘Hay un pajarito en la plaza’. Y viene todo el mundo espantado a ver el pajarito. Pero señores, dice uno siempre ha habido pajaritos que bajan aquí. Sí, pero nunca a esta hora.

Llega un momento de tal tensión para los habitantes del pueblo que todos están desesperados por irse y no tienen el valor de hacerlo. Yo sí, soy muy macho -grita uno-. Yo me voy. Agarra sus muebles, sus hijos, sus animales, los mete en una carreta y atraviesa la calle central donde todo el pueblo lo ve. Hasta que todos dicen: ‘Si este se atreve, pues nosotros también nos vamos’. Y empiezan a desmantelar literalmente el pueblo. Se llevan las cosas, los animales, todo. Y uno de los últimos que abandona el pueblo, dice: ‘Que no venga la desgracia a caer sobre lo que queda de nuestra casa’, y entonces la incendia y otros incendian también sus casas. Huyen en un tremendo y verdadero pánico, como en un éxodo de guerra, y en medio de ellos va la señora que tuvo el presagio, le dice a su hijo que está a su lado: ¿Vistes m’ hijo, que algo muy grave iba a suceder en este pueblo?

Esto se llama la profecía auto cumplida. ‘No hagas caso del rumor’ ‘No seas tú mismo un instrumento para crear el caos’. ‘Lo negativo atrae a lo negativo’ Sé positivo.”


ALGUNAS RECOMENDACIONES PARA LOS QUE HOY ME ESCUCHAN

Amad el cambio, y si el cambio fuera vertiginoso, amadlo con más pasión.

Peino canas -menos de las que me gustaría porque se me ha caído mucho pelo- y ya he visto muchas crisis. Cuando las cosas van mal, muy mal, parece que nunca van a mejorar. Todos se desaniman. Bueno, casi todos. Justo cuando esa impresión es más generalizada hay una segunda o tercera derivada positiva de la variable en declive, que sólo algunos aciertan a ver, y la situación empieza a evolucionar positivamente. Para esos, las crisis son la mejor de todas las circunstancias posibles. También cuando la situación de bonanza dura y dura, justo cuando parece que esta vez la bonanza va a durar siempre, algo imperceptible cambia y todo se viene abajo con estrépito. Sólo algunos lo perciben anticipadamente, y cuando se desencadena la tempestad, ellos están seguros en un puerto abrigado. Los demás lloran.

Crisis, etimológicamente del latín crisis y, a través de éste del griego κρίσις, significa cambio brusco, momento decisivo, situación dificultosa. Hay quien sostiene que κρίσις -crisis- viene de Kρινω, -cribar, discernir; separar la paja del grano-. No sé si es cierto, pero sí sé que en las crisis debemos cribar oportunidades y que la crítica y el criticismo Kantiano -que obliga a cuestionar las cosas y a cribar y discernir los conceptos- es el origen del progreso del conocimiento y de la ciencia. La necesidad agudiza el ingenio. Crisis es cambio y cambio acelerado, también cambio imprevisible, cambio que crea dudas, que provoca perplejidad, que genera ansiedad, que produce desasosiego,… Pero, ante todo, para vosotros, la crisis debe ser algo que genere esperanza, ánimo, expectativas de mejora; una circunstancia frente a la que merece la pena movilizar el afán de logro, el deseo de triunfo, las ganas de tener éxito,…

Los viejos y los instalados solemos ver el cambio, en general y especialmente el cambio brusco, como una fuente de amenazas a nuestra estabilidad, pues pone en cuestión lo que ya hemos logrado, cambia las reglas de un juego para nosotros conocido y dominado en el que nos desenvolvemos con comodidad. Pero ¿y para los jóvenes? ¿Cómo debéis ver el cambio?: no tengo ninguna duda, el cambio, para vosotros, es la fuente de todas las oportunidades; mejor el cambio profundo que el cambio sosegado; las crisis son vuestras amigas, las que os van a permitir posicionaros mejor.

Suelo decir que el cambio es la primera materia con la que trabajan los directivos. Si nada cambiara ¿haríamos falta? Cuando los entornos apenas cambian y el cambio es previsible cualquiera sirve para dirigir. Por eso, en estas etapas y en esos contextos, es cuando se suele nombrar a validos, parientes y toda suerte de recomendados para dirigir. Cuando el cambio se acelera y se hace menos previsible, más profundo, más impactante, más global es cuando hace falta verdadero talento para dirigir, para saber anticipar el cambio, para lograr posicionarse adecuadamente ante él. Por eso, en tiempos de crisis, sólo los que tiene talento son promovidos a los puestos clave. Los que tengan talento y que además sean optimistas, los tristes no sirven para nada.

¡Enhorabuena a los talentosos! ¡En la crisis vais a tener más oportunidades que nunca!

¡Muchas gracias por su atención!

EPÍLOGO

Cuando era joven opinaba de todo con tanta seguridad que un amigo me dijo una vez:

-Gustavo, ¿sabes qué es lo que más me gusta de ti?

Le dije:

-No.

Me contestó:

-¡La seguridad con la que te equivocas!

Ahora me sigo equivocando, pero cada vez con menos seguridad.

Voy de la certeza a la duda, de la duda a la confusión y, ahora, estoy yendo de la confusión al caos.

¿Será ese el camino para llegar a saber algo de algo?

Igual sí, pienso a veces, aunque no estoy seguro de que así sea…

Y ahora, si tiene alguna pregunta, me encantará aportarles mi punto de vista.

Pero simplemente eso, mi punto de vista; no hay posibilidad de reclamación en el caso de que me equivoque: ¡lo sorpendente sería que acertara!

Gustavo Mata Fernández-Balbuena

Santiago de Querétaro, México, 6 de Diciembre de 2008

LA BRUTAL CAÍDA DEL ÍNDICE BÁLTICO

Me pregunta Ana María Burcet por la evolución del índice báltico. Concretamente me dice lo siguiente:

“Hace algunos días que me ronda por la cabeza una pregunta en relación a la evolución del Índice Báltico. He estado haciendo algunas consultas por la red y he observado con preocupación la gran caída que ha experimentado en los últimos meses (en Noviembre de 2008 se ha situado en un mínimo histórico de 815 puntos. Después que en 1998 experimentó un máximo histórico de 11.793 puntos).

El incremento del precio del petróleo, ya hizo reducir el número de salidas en las líneas regulares de las navieras. Sin embargo, la bajada de los precios de las commodities, así como los problemas financieros relativamente más recientes, han hecho mella en la financiación para poder terminar los barcos que ya estaban en construcción, así como los que deberían ponerse en marcha. Así mismo, la crisis global también está provocando una desconfianza entre los propios bancos. Ante la incertidumbre que provoca cualquier banco emisor (por muy solvente que aparente ser) las entidades confirmadoras prefieren no abrir ninguna carta de crédito (documentario o no), hecho que está afectando muy negativamente al comercio mundial.

Así pues, ¿No cree que la administración debería tomar cartas en el asunto y, mediante una correcta política de avales públicos, establecer una guía para garantizar directa o indirectamente el funcionamiento de estos intercambios internacionales de tanta importancia?”

Ésta es mi contestación:

El índice báltico – Baltic Dry Index – es un indicador del coste medio de transportar mercancías secas por mar y se elabora a partir de los datos en las principales líneas operadas por las navieras de todo el mundo.

La demanda de fletes ha caído por la crisis de la demanda y por la crisis del comercio exterior subsiguiente a ésta.

Además el comercio internacional a corto plazo está afectado por la crisis de confianza y ha colapsado. Los bancos temen abrir créditos documentarios a los compradores. Los bancos del vendedor se niegan a aceptarlos. Y los bancos confirmadores no confirman. O se trata de comercio entre filiales del mismo grupo o entre socios estratégicos consolidados y solventes o ni se otorga ni se acepta ni se confirma el crédito.

La oferta de fletes a corto plazo es muy inelástica y por tanto muy sometida a bandazos de precio en función de la demanda como los que estamos viendo. Los barcos que hay son los que hay. Ésta oferta a corto plazo está condicionada porque desde que se decide construir un barco hasta que está listo para operar se tarda algo más de dos años. Por eso en épocas de crecimiento desbocado de la demanda los precios crecen salvajemente. Si la demanda se dispara los precios suben verticalmente. Pero si la demanda baja, como los barcos tiene unos altísimos costes fijos, los precios bajan incluso por debajo de los precios de coste, pues la competencia entre ellos se establece no a partir del punto en el que no hay beneficios para nadie sino en el punto en el que se empieza a cubrir algo más que el coste fijo; y el coste fijo es muy elevado en relación al coste total. Los barcos amarrados suponen un coste enorme. Por bajo que sea el flete es mejor que el barco trabaje.

Como ves, hay muchos problemas mezclados en el tema que planteas y aunque los avales que comentas serían buenos para evitar los efectos de la crisis de confianza, los demás factores siguen ahí y no se arreglarán a corto plazo.

Espero haberte contestado.

Un saludo.

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