Ayer el Banco de España estimó que en el primer trimestre el PIB ha bajado un 1,8% y que para 2009 la contracción será del 3%, frente al 1,6% del ahora desfasado augurio anterior. Cada vez que aparece una nueva estimación sobre lo que la crisis está suponiendo sobre la economía real, sea de la institución que sea, es peor que la anterior. Cada revisión de datos empeora a la anterior y en cada revisión la recuperación se aplaza un par de trimestres más.
Y mientras tanto nuestro Presidente de Gobierno sigue hablando de que lo peor ha pasado ya y que el mes que viene veremos los primeros síntomas de ello. Siempre dice lo mismo, es consistente, su mensaje no varía, lo único que cambia es el mes al que se refiere que pese a ser siempre el próximo es cada vez, lógicamente, el siguiente.
Ante los nuevos datos, ayer, en rueda de prensa en Estrasburgo, José Luis Rodríguez Zapatero en un nuevo juego de palabras hablaba de desaceleración –yo pongo el acento en la silaba final y él lo pone, cuando habla en varias sílabas a la vez, ya sabéis- y consideró «probable» que lo peor haya pasado ya.
Hasta ahora los datos demuestran que decrecemos, y que cada vez decrecemos más. O sea la economía se contrae y lo hace a velocidad cada vez mayor. ¿Se puede deducir de esto que lo pero haya pasado ya? Hasta que haya alguna inflexión en los datos, no parece razonable decir cosas así, para tener que rectificar lo dicho un poco más tarde.
Mientras tanto la oposición a lo suyo: ¡Zapatero tiene la culpa de lo que pasa! «Hay que rectificar la política económica», dijo ayer, por ejemplo, el portavoz de Economía del PP, Cristóbal Montoro.
Aunque como dice el refranero clásico: “mal de muchos, consuelo de tontos”, o como dice otra versión más moderna: “mal de muchos, epidemia” a todo el mundo le está pasando lo mismo o algo peor y eso que no todo el mundo tiene un Zapatero; incluso les pasa a los que tienen un Obama. EE UU se contrajo en el primer trimestre un 1,6%, lo que equivale a una tasa anualizada del 6,1%, y el año pasado lo hizo en un 6,3 %. Pero para el PP esta es la crisis de Zapatero: él tiene la culpa de todo. El Gobierno, para el PP, todavía no tiene la culpa de la gripe porcina, pero en cuanto la flamante e hiperactiva nueva ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, meta la pata -y el que mucho habla, mucho yerra- veréis la reacción del PP. Claro que para ellos es mejor hablar de eso, de cara a las europeas en lugar de explicar por qué su tesorero, que sólo tiene ingresos modestos derivados de su sueldo, ingresa 330.000 euros en una cuenta corriente, en billetes de 500, porque días antes había pedido un crédito en el mismo banco para comprar un cuadro que luego no compró. Al menos esa explicación da. Presuntamente es inocente de lo que al parecer se le acusa –haber cobrado exactamente esa cantidad de la trama corrupta de Correa- pero si su explicación es cierta –tener el dinero en casa en billetes de 500 euros en espera de pagar algo que sólo tenía intención de comprar, para devolverlo después, perdiendo un platal en la operación, es -probadamente y no sólo presuntamente- imbécil. Un tesorero que hace esas operaciones debería de dimitir por inepto, sin tomar en cuenta que ya debería de haber dimitido para no perjudicar más al partido.
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