La verdad es que me está costando arrancar a subir posts al blog. ¡Cómo está el panorama de poco estimulante!
La economía mejorando lentamente, los pronósticos muy volátiles, la confianza que va y viene,…
¿Y la política? En España un dolor, entre un Presidente de Gobierno que hace tiempo que ha perdido el Norte -hasta el punto de que nos hace dudar si alguna vez ha tenido algo claro, aparte de cómo conseguir mandar y sostenerse mandando los siguientes diez minutos y así eternizarse-,  un Jefe de la Oposición que es un ejemplo de inacción que es casi inanición -sin pulso, sin ideas, sin alternativas para nada, que también piensa sólo en aguantar como sea los próximos diez minutos y así sostenerse indefinidamente-, con los partidos periféricos  a su bola, con su rollo victimista, como siempre, … y los de ETA haciendo comunicados extemporáneros y absurdos -¡son además de unos asesinos, tan antiguos y tan pasados de época que ya huelen a naftalina además de a sangre!-.
La patronal con Diaz Ferrán al frente -sí, ¡todavía!- y los sindicatos convocando una huelga general -¡vaya por Dios, eramos pocos y..! ; ¡estos son otro fenómeno extemporáneo digno de atención por parte de los paleontólogos!
Pero el sol sigue saliendo cada día… Así que habrá que remangarse y seguir trabajando con entusiasmo pese a la falta de estímulos de los que cobran por representarnos y cuyo trabajo debería ser ilusionarnos.

Ánimo y a lo nuestro: a trabajar, que es lo que sabemos hacer.

Yo, que soy un patriota a la antigua, que se me humedecen los ojos cuando oigo el himno nacional español o veo flamear nuestra bandera roja y gualda al viento, les regalaba para siempre Gibraltar a los ingleses si se cerraran todos los negocios golfos que están radicados en el Peñón.

EL EMPLEO PÚBLICO CRECIÓ EN 2009
Os prometo que no lo puedo entender. Y eso que soy de izquierdas; pero claro, una cosa es ser de izquierdas y otra ser imbécil; ¡y con la que está cayendo!
Claro que como la política dejamos que la hagan los políticos, ¡así nos va!
Hay que comprometerse y no dejar que nos lleven como si ellos fueran los pastores y nosotros las ovejas. Si no, no tendremos derecho ni a quejarnos.