Fábula de Félix María Samaniego, genial fabulista español:
Con varios ademanes horrorosos
los montes de parir dieron señales;
consintieron los hombres temerosos
ver nacer los abortos más fatales.
Después que con bramidos espantosos
infundieran pavor a los mortales,
estos montes, que al mundo estremecieron,
un ratoncillo fue lo que parieron.
Hay autores que en voces misteriosas,
estilo fanfarrón y campanudo
nos anuncian ideas portentosas;
pero a menudo suele ser
el gran parto de su pensamiento,
después de tanto ruido, sólo viento.
También esta semana la montaña parió un ratón. Con la que está cayendo, el Ministro sin corbata -antes había Ministros sin cartera y ahora los hay sin corbata aunque tengan cartera; dice él que “la energía se los pone de corbata” y tal vez sea por eso que no la necesita- nos muestra finalmente su Plan de Acción: 31 medidas para el ahorro energético que son, permítaseme la forma de señalar, cositas que deberíamos haber hecho hace años y que no van a arreglar nada sustancial. O sea el parto de los montes: viento, o en el mejor de los casos un ratón.
Tenemos un problema grave con la energía: ¡vamos que tenemos un problema con el petróleo! España presenta una dependencia enorme -en comparación a los otros países europeos- del petróleo. Eso explica, en una buena parte, nuestro diferencial de inflación con el área euro y explica también que no seamos capaces de reducir, pese a la crisis, nuestro déficit por cuenta corriente, aunque cuando la economía se frena el déficit exterior tiende a reducirse porque disminuyen las importaciones al contraerse el consumo y la inversión. El déficit por cuenta corriente se incrementó un 14,6% hasta mayo, alcanzando la cifra de 50.144 millones de euros. El déficit comercial creció el 14,5%, llegando a 38.855 millones. Las importaciones se elevaron el 10,5%, frente a un alza del 8,7% de las exportaciones. La subida del precio del petróleo disparó la factura energética española.
Las medidas del Plan de Ahorro energético del Ministerio de Industria se articulan en torno a cuatro líneas de actuación.
1. Desarrollo de Empresas de Servicios Energéticos para optimizar la gestión e instalaciones energéticas.
2. Duplicar el presupuesto del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía – IDAE
3. Ventaja en la contratación pública para las empresas acreditadas energéticamente, es decir, empresas con certificado AENOR.
4. Campañas de formación e información sobre los instrumentos y beneficios del ahorro energético
Lo dicho, un plan claramente insuficiente. Más ruido que nueces.
Yo pienso que al Sr. Sebastián le gusta llamar la atención -es normal en alguien con vocación política- y creo que él se cae bien a sí mismo -a mí también me pasa eso, es común, nos pasa a casi todos-. Pero a los electores madrileños él no les hizo mucha gracia en las pasadas elecciones municipales en las que le dieron lo que en mi pueblo llaman la carrera del señorito. Yo trataría de llamar menos la atención con las corbatas, las bombillas en la cabeza y otras gracias. Creo que hay muchas más cosas que hacer en España para cambiar el modelo energético y es imprescindible abordarlas. Mejor haría en aplicarse el Ministro a diseñar el verdadero cambio que España necesita en ese campo. Por ejemplo, Japón ha duplicado su producto sin aumentar el consumo energético en pocos años.
¡Suerte en el empeño! Ahí sí que puede lucirse Sr. Ministro.
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