En España no es fácil hacer negocios. Ocupamos el lugar 49º del ranking en cuanto a la dificultad para hacer negocios, el año pasado éramos el 46º por lo que hemos perdido tres puestos. Hagan todo lo posible por facilitar que se puedan hacer negocios porque la gente que hace negocios son los que mueven la economía. ¿Es difícil entender esto?
En España es complicadísimo abrir un negocio. Estamos en el puesto 140º y hemos descendido en un solo año 17 puestos en el ranking. En el análisis se incluye el número de pasos que los nuevos empresarios necesitan cumplir, el tiempo promedio que toman los trámites, y el coste y capital mínimo requerido. Si alguien resulta disuadido por tanta burocracia es un drama para todos. Tampoco parece complicado entenderlo, ¿no?
En España es difícil contratar trabajadores. Somos el país que ocupa el puesto 160º y encima hemos descendido en el ranking un puesto. Más de lo mismo, encima de que se incrementa el paro, resulta complicado contratar. Aquí es tres veces más difícil contratar gente que lo es en la media de la OCDE, los horarios laborales son poco flexibles: la rigidez es un 50 % mayor, y el despido es el doble de caro en términos de semanas de salario de indemnización promedio.
En España es complicado y oscuro obtener un préstamo. Ocupamos el lugar 43º en el ranking y también hemos empeorado tres puestos. Y eso sin contar con que ahora la banca no presta ni aunque seas el paradigma de la solvencia. Los indicadores se refieren a la poca transparencia de la información crediticia y a la falta de precisión en hasta donde llegan los derechos de deudores y acreedores.
En España, no es nada sencillo obtener un permiso de construcción. Somos el país que ocupa el puesto 51º y hemos retrocedido dos puestos. Para construir un simple almacén hacen falta once procedimientos y completarlos requiere doscientos treinta y tres días, incluyendo la obtención de licencias y permisos, completar las notificaciones e inspecciones requeridas, y la obtención de conexiones a servicios públicos.
En España es complejo e ineficiente el registro de propiedades. Somos el 46º de la lista y hemos empeorado dos puestos. Y eso que Rajoy es registrador y en eso podía decir algo con sentido. Registrar los derechos de propiedad requiere cuatro procedimientos y toma dieciocho días, además de ser el doble de caro que en el conjunto de la OCDE.
En España no se protege eficazmente a los inversores. Somos el 88º de la lista y hemos perdido cuatro puestos. Y parece que nos hace falta que vengan inversiones. ¿Estoy en lo cierto? Falta transparencia en la divulgación de la información de oportunidades y falta capacidad de los accionistas para poder encausar a los directores y consejeros por conducta dolosa.
En España es complejo y oscuro el sistema impositivo, además de caro, aunque en esto hemos mejorado 13 puestos lo que nos lleva a un aún deshonroso 84º puesto. Una compañía de tamaño medio debe pagar un 60 % de sus ganancias en diferentes tipos de impuestos, mientras que en la OCDE de promedio es dos tercios, o sea un 33 % menos.
En cuanto a la facilidad para el comercio transfronterizo ocupamos el lugar 52º y perdemos dos puestos. Los procedimientos relacionados con la importación y exportación de un embarque estándar de mercancías son más complicados, requieren más documentos y son más onerosos que en el promedio de la OCDE.
Las garantías de cumplimiento de contratos nos dejan en un 54º lugar y bajamos un puesto. El tiempo, el coste y el número de procedimientos que se requieren desde el momento en que se establece una demanda legal hasta el momento del pago final son manifiestamente mejorables.
Y cerrar una empresa, menos mal, no es tan complicado. Ocupamos el 19º lugar del ranking aunque empeorando dos puestos.
¿Hay tarea o no? Pues nada, mientras tanto los políticos haciendo… ¿el qué?, ¿qué hacen los políticos?
Los datos son del informe Doing Business 2008.
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