Esto está claro, hay que gastar en educación. La educación rinde resultados casi de inmediato. No es verdad, como se suele decir, que haya que esperar una generación para ver el resultado de los planes educativos. Cada vez que alguien se educa aprende algo y el resultado es enormemente importante, para él y para todos. Aunque sea enseñarle a leer un periódico, educar a cualquiera en algo, mejorar sus competencias en lo que sea, aumentar su información sobre cualquier cosa, minorar su ignorancia o su falta de habilidades es tremendamente importante.
Por ejemplo, es muy urgente invertir ya en educación de algunos de los Ministros del Gobierno. Es el caso del Ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, quien ayer ha asegurado que la crisis financiera «debería estar finiquitada en dos meses una vez que retorne la confianza a los mercados”.
Finiquitar, en su primera acepción, es un término más bien financiero relacionado con firmar el finiquito de una cuenta, es decir con saldar algo; aunque, coloquialmente, se puede aplicar a acabar, concluir, rematar algo; y, en otro ámbito, en el de los malos cronistas taurinos, se emplee retóricamente diciendo “el morlaco fue finiquitado con eficacia por el espada”. En la Escuela de Ingeniería Industrial de la Politécnica de Madrid en la que estudié había un genial y famosísimo bedel, apodado Barrabás, al que recuerdo con inmenso cariño, con su anacrónico, ya entonces, bisoñé rubio, que tocaba la trompeta en los fines de semana en una orquestina, que cuando avisaba a los Catedráticos y Profesores de que el tiempo de clase había acabado -entonces los timbres eran una grosería y te avisaba de la hora una persona tan genial como mi entrañable amigo – decía muy castizamente: “D. Luis, no agote Vd. a los muchachos, el tiempo ha finiquitido”.
Pero dejemos mis recuerdos y volvamos a D. Celestino Corbacho, tan extremeño como catalán -ambas cosas igualmente respetables-, tan populista como ignorante -ambas cosas aborrecibles, aunque con un poco de educación lo de ser ignorante se quite más fácilmente que lo de ser populista-. Para mejor conocimiento de a qué me refiero, traigo aquí como muestra algunas de las perlas de su intervención de ayer: “La crisis financiera se debe acabar y pronto… todo lleva a pensar que la crisis financiera debería estar finiquitada en dos meses y después debería comenzar un factor de confianza»; “a la actual crisis global a veces es difícil de verle la cara»; «no es que no haya dinero… los bancos deberían comenzar a conceder créditos, ya”; «en el Banco Central Europeo cada día entran millones y millones de euros a depósito, pero no van a créditos a las entidades financieras”. Y así toda la intervención… Luego de demostrar su ignorancia en la cosa de la economía, habló de lo suyo, de la cosa del paro: la Encuesta de Población Activa (EPA), no le «sorprendió»; «sin quitarle importante al dato del incremento del paro…, la tendencia será de crecimiento del empleo, pero más atenuadamente que en septiembre y octubre» añadió. Y así…
Un monstruo el amigo Celestino Corbacho Chaves; ex alcalde de L´Hospitalet de Llobregat (Barcelona) y ex Presidente de la Diputación Provincial de Barcelona, que antes fue Vicepresidente primero de la misma y desde 1983 Concejal y luego Teniente de Alcalde y Portavoz Municipal en L´Hospitalet. El 12 de abril de 2008 fue designado Ministro de Trabajo por Rodríguez Zapatero. Muy buena carrera política, aunque el amigo Corbacho tenga algunas severas carencias de formación y de información que debería y podría subsanar con diligencia y con esfuerzo.
Corbacho no es el único iletrado y, lo grave de verdad, el único ignorante trabajando en política. Hay muchos más: en el PSOE y en el PP. Tampoco es que para ser un buen político sea absolutamente necesario ser Abogado del Estado o Registrador de la Propiedad: tampoco funciona bien ni Soraya Sáenz de Santamaría ni el propio Rajoy. Claro que lo contrario tampoco ayuda nada y los ejemplos son tantos que sobra ponerlos aquí.
A mi entender, un poco de formación previa y un mucho de prudencia a la hora de manifestarse ayudaría mucho a los políticos y nos ayudaría a todos a sentirnos mejor.
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