El blog de Gustavo Mata

Estrategia: Las reglas del juego en los negocios

Autor: Gustavo Mata (página 24 de 88)

MÁS SOBRE EL MERCADO DE TRABAJO

FLEXIBILIDAD

La negociación de las condiciones de trabajo, en muchos casos, casi siempre, es muy desequilibrada, porque la empresa tiene todo el poder negociador frente al trabajador individualmente considerado. Por eso debe haber sindicatos que negocien en nombre de los trabajadores y por eso el derecho laboral debe ser asimétrico –in dubio pro operario y no in dubio pro reo como se postula en el derecho en general-. Pero los sindicatos deberían de ser no sólo representativos sino realmente participativos para ser realmente democráticos. Los parados están poco o nada representados por los sindicatos. Éstos, los sindicatos, están a menudo más interesados en defender sus intereses corporativos que los intereses de los afiliados, y menos interesados aún en defender los intereses de los no afiliados.

Lo pactado entre sindicatos y patronos debe respetarse en cualquier caso. Cualquier modalidad de contrato previamente pactado debe ser respetada y cualquier contrato futuro debe ser pactado entre sindicatos y trabajadores, si el trabajador, como suele ser habitual, no prefiere pactar con la empresa directamente. Pero todos deben saber que cuanto más rígido sea el contrato que pacten más va a influir en la deficiente productividad del sistema. Por eso el Banco de España recomienda flexibilizar el mercado. Por eso la OCDE recomienda a la economía española disminuir el coste del despido. Por eso yo insisto en el tema. No estoy pensando en perjudicar a nadie sino en beneficiar a todos cuando lo propongo. Los nuevos contratos deberían pactarse en condiciones de que el despido no sea tan gravoso como lo es en los contratos actuales.

El mercado de trabajo necesita flexibilidad y transparencia. ¿Para qué? Para que cada trabajador, en cada momento, pueda acceder al mejor empleo posible, entre los que se oferten, dada su cualificación, y para que cada empresario pueda acceder al mejor empleado posible a cambio de la contraprestación (salario, fringe benefits , etc.) que está dispuesto a ofrecer, en cada momento. Eso hoy no ocurre por falta de flexibilidad y es un lujo que no nos podemos permitir. Si el mercado fuera flexible y transparente estarían trabajando, en cada momento, los más adecuados, los más productivos, y estarían parados, en cada coyuntura, sólo los menos eficientes; y eso sería beneficioso, incluso diría muy beneficioso, para todos. Por el contrario, si el mecanismo del mercado es rígido y opaco la productividad se resiente al dejar desempleados no a los menos eficientes sino a los menos protegidos. Por eso el paro se ceba hoy en mujeres y en jóvenes. ¿Por qué son menos productivos? ¿O aunque sean más productivos, por estar menos protegidos?

Y SOLIDARIDAD

En cada coyuntura, para los menos favorecidos, para los desempleados hay que disponer una formación eficaz que mejore su cualificación, con recursos suficientes, sin escatimar gasto y trabajando continuamente por su eficacia –de momento es muy deficiente y llena de corruptelas, por no llamarlo irregularidades-, y para los excluidos habría que prever subsidios que les permitieran vivir dignamente. Los ultra liberales dicen que subsidiar fomenta que haya gente poco cualificada, pero yo no estoy de acuerdo. Entiendo el argumento, pero ellos deben entender que no se puede excluir del sistema a ningún ser humano por falta de cualificación y que algunos seres humanos son menos productivos que otros. Nadie se excluye voluntariamente a menos que tenga algún problema mental que podría y debería tratarse.

Eso es lo que deberían de estar pactando empresarios y sindicatos. Si no lo entienden no es que sean tontos es que no se atreven a proponerlo porque va en contra de sus intereses, los corporativos de su secta, no los de los parados ni los de la economía en general.

Todo esto dicho a mi juicio, admitiendo las opiniones de los discrepantes y con respeto a todos. Creedme, es más fácil callarse que mantener opiniones que a veces molestan a algunos o que pueden ser malinterpretadas o manipuladas por otros. Pero es lo que hay.

LAS IDEAS MUEVEN EL MUNDO

«En el momento actual, la gente está excepcionalmente deseosa de un diagnóstico más fundamental; más particularmente dispuesta a recibirlo; ávida de ensayarlo, con tal de que fuera por lo menos verosimil. Pero fuera de este talante contemporáneo, las ideas de los economistas y los filósofos políticos, tanto cuando son correctas como cuando están equivocadas, son más poderosas de lo que comunmente se cree. En realidad el mundo está gobernado por poco más que esto. Los hombres prácticos, los que se creen exentos por completo de cualquier influencia intelectual, son generalmente esclavos de un economista difunto. Los maniáticos de la autoridad, que oyen voces en el aire, destilan su frenesí inspirados en algún mal escritor académico de algunos años atrás. Estoy seguro de que el poder de los intereses creados se exagera mucho comparado con la intrusión gradual de las ideas. No, por cierto, en forma inmediata, sino después de un intervalo; porque en el campo de la filosofía económica y política no hay muchos que estén influidos por las nuevas teorías cuando pasan de los veinticinco o treinta años de edad, de manera que las ideas que los funcionarios públicos y políticos, y aún los agitadores, aplican a los acontecimientos actuales no serán probablemente los más novedosos. Pero, tarde o temprano, son las ideas y no los intereses creados las que presentan peligros, tanto para mal como para bien.»

Así termina John Maynard Keynes su libro más emblemático y de mayor influencia: «Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero».

Este texto escrito en el año 1935, publicado en Febrero de 1936, me ha parecido tan actual  que es como si lo hubiera escrito ayer.

Las ideas son lo que mueve el mundo. Lo malo es que poca gente piensa y mucha gente está dispuesta a creerse lo que el último «pensador» les cuente. Así sigue siendo y parece que así seguirá siendo. Suelo decir en mis clases que lo que quiero es promover que mis alumnos piensen, ese es mi trabajo: enseñarles a pensar; y añado que me importa poco lo que piensen, ese tema es suyo, no mío, lo mío termina cuando logro que piensen.

Las ideas mueven el mundo, inexorablemente, aunque tarden un tiempo en imponerse, las ideas de hoy moverán al mundo mañana. Necesitamos pensadores que nos ayuden a reencontrar el camino, no cínicos que nos azoten con las ideas de otros, manejadas de forma artera para satisfacer sus inconfesables intereses.

ESTA TARDE, 4 DE MARZO, ESTARÉ EN RADIOINTERECONOMÍA

En el programa Cierre de Mercados, con Susana Criado.

¿PUEDE ESPAÑA OBVIAR EL DEBATE SOBRE LA ENERGÍA NUCLEAR?

Aspiramos a recuperar cuanto antes la senda del crecimiento y a equilibrar nuestra balanza de pagos. Estamos comprometidos con el protocolo de Kioto, aunque hasta ahora este compromiso sea sólo formal y hayamos incumplido nuestras obligaciones de limitar las emisiones de CO2 flagrantemente. ¿Caben estos objetivos renunciando a la energía nuclear? Me temo que no.

Además nuestra dependencia energética es un problema estratégico de primer orden. O dependemos del gas argelino o libio, o del ruso. Con el petróleo hay alguna opción más.

Por si fuera poco necesitamos reequilibrar nuestra balanza de pagos en la que el peso de la importación de energía es una losa tremenda.

Creo que la energía nuclear es una opción con pros y contras pero probablemente sea imprescindible para nosotros. En todo caso es imprescindible el debate sobre su conveniencia.

¿Se atreverán los políticos españoles -unos y otros- a cumplir con su obligación de debatir los asuntos importantes que afectan a todos abiertamente o seguirán pensando sólo en ellos mismos y en sus intereses sectarios sin atreverse a proponer nada que ponga en riesgo sus expectativas a corto plazo?

PARA ARREGLAR EL DESASTRE: POLÍTICAS INTERVENCIONISTAS DEL ESTADO

En estos últimos tiempos ser liberal es sinónimo de ser conservador, cuando nunca fue así. Neoliberales y neoconservadores, son ahora la misma cosa.

A una concepción dogmática del liberalismo extremo debemos la mayor crisis económica de la historia reciente. Las dos administraciones Bush han dejado el panorama mundial, no sólo el económico, hecho unos zorros: una situación de recesión profunda en casi todo el mundo y un gigantesco déficit en EEUU de 1,75 billones de dólares. Resulta que los que no creen en el estado son los que más déficit público generan: Reagan, Bush; ¡paradojas!

Ahora le toca a otro arreglar el desaguisado. Y lo hará bajo los supuestos de la intervención del estado en la economía, al más puro estilo Keynes. Un presupuesto de 3,6 billones de dólares para mejora de infraestructuras, sanidad para todos, educación y energías alternativas acaba de ser aprobado en EEUU. Va a tratar de hacerlo además disminuyendo el déficit público, aumentando los impuestos a los más ricos y disminuyendo el gasto bélico retirándose de Irak.

¡Suerte!¡Ojalá acierte!

Con lo que nos jugamos todos en función de las decisiones que se toman en la Casa Blanca, deberíamos poder haber votado todos a Obama y también haber botado antes a Bush impidiendo su segundo mandato, que todos recordamos como lo ganó, gracias a otro impresentable: su hermano Jeb.

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