El blog de Gustavo Mata

Estrategia: Las reglas del juego en los negocios

Autor: Gustavo Mata (página 21 de 88)

TRES NOTICIAS CON CALADO ESTRATÉGICO

El macroentorno anda revuelto.Los cambios en la regulación de los sectores muy intervenidos, como la leche ,junto con el cambio en la situación económica del mundo pueden dar lugar a vuelcos espectaculares:

http://www.elpais.com/articulo/empresas/leche/crisis/elpepueconeg/20090322elpnegemp_7/Tes

Las ventajas de la innovación sólo se mantiene para el que nunca se cansa de innovar. Los beneficos de hoy, tan recompensados para los ejecutivos con primas escandalosas, pueden llevar a pérdidas mañana, o incluso pueden conducir a poner en riesgo de desaparición a las compañías:

http://www.elpais.com/articulo/semana/Llega/pildora/fusion/elpepueconeg/20090322elpneglse_2/Tes

Las economías de escala posicionan con ventaja a los más grandes. Compartir redes puede ser un primer paso para una fusión. ¿Será eso lo que hay detrás de esta noticia?

http://www.elpais.com/articulo/economia/Telefonica/Vodafone/cierran/acuerdo/compartir/redes/moviles/Espana/elpepueco/20090323elpepueco_2/Tes

¿Alguien se atreve a comentarlas bajo una perspectiva estratégica?

SÍNTOMAS

Dice Almunia, Comisario Europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, en una entrevista concedida al diario italiano «La Stampa», hablando de la crisis, que observa «síntomas mejores respecto a hace tres meses”

Me pregunto yo qué será un síntoma mejor.

Dice la Real Academia:

síntoma.

(Del lat. symptōma, y este del gr. σύμπτωμα).

1. m. Med. Fenómeno revelador de una enfermedad.

2. m. Señal, indicio de algo que está sucediendo o va a suceder.

Un síntoma mejor sería, en la primera acepción de la Academia un fenómeno revelador de una enfermedad que se observa con más claridad, un síntoma mejor sería un síntoma más claro. Según la segunda acepción sería un indicio también más claro, más evidente, de que algo está sucediendo o va a suceder.

¿Será que hasta ahora no entendía qué está pasando y que ahora empieza a entenderlo?: No.

Por lo que dice a continuación se ve que no es eso. Los síntomas mejores son que: “algunos bancos han anunciado resultados más favorables de lo esperado, el mercado de la liquidez va un poco mejor y el compromiso de los gobiernos con los trabajadores públicos comenzará a dar frutos pronto”.

Lo que tal vez quiere decir Almunia es lo contrario de lo que dice, es decir, que los síntomas de la enfermedad se desdibujan, no son tan claros como eran, que hay señales de mejora. Pero no se atreve a decirlo tan claro, o no sabe.

Luego añade: “aunque «todas las previsiones prometen un crecimiento negativo en Europa para este año y una situación muy incierta en sectores de arrastre como la industria, la construcción y los servicios”. ¿En qué quedamos?

O sea que el Sr. Almunia, aunque es economista, es sobre todo un político y por lo tanto no quiere hablar claro. ¿O no puede?

El problema en esta crisis, como en todas, pero en esta aún más, es que nadie sabe cómo vamos a salir de ella. Es algo nuevo, es la primera crisis global; nadie sabe realmente nada. Cómo entramos ya hay quien se atreve a explicarlo, pero sobre cómo y cuándo vamos a salir no hay forma de oir nada que sea preciso ni consistente.

Ya se sabe, muchos explican las cosas una vez que han ocurrido. Pero casi nadie se atreve a hacer de profeta y los pocos que se atreven se equivocan mucho.

EN LA TARDE DE HOY, 17 DE MARZO, ESTARÉ EN RADIO INTERECONOMÍA

En la Tertulia del programa Cierre de Mercados de Susana Criado.

¿POR QUÉ NO TE CALLAS?

José María Aznar clausuró ayer las Jornadas de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA) en la que había intervenido el día anterior Paul Krugman. Sin justificar ni motivar sus afirmaciones, faltaría más, dice, contra lo expuesto por el Premio Nobel de Economía, que la crisis no se convertirá en una gran depresión como la de 1929. «El riesgo es bajo”. ¡Uff!, ¡Qué alivio! Ahora que Aznar, gran autoridad en el origen y la extensión de las crisis económicas, ha hablado, respiro tranquilo. ¿No le da vergüenza hablar de lo que no conoce?

Encima, después de que las ideas sobre economía  que mantiene, las mismas de Bush, hayan demostrado su capacidad para generar la crisis, se enroca en ellas y sigue con su cantinela, como si de un mantra budista se tratara; incapaz de decir otra cosa: propone el recorte del gasto público para superar la crisis y una «nueva oleada de privatizaciones de empresas públicas» -¿quedan?-. ¿No sabe que lo que hace falta es inversión masiva del estado para poder salir de este lío?

Dijo también que «vuelve a ser el momento de la política con visión amplia y sentido histórico» para España. ¿No querrá que volvamos a Irak? ¿A qué llama este caballero sentido histórico? Con su pasado falangista ¿no será la recuperación del imperio y la unidad de destino en lo universal de José Antonio Primo de Rivera lo que propugna para España?

Además dijo que considera imprescindible reabrir «un debate sereno en torno a la energía nuclear, incluidas las centrales de nueva generación», y otro para recuperar el Plan Hidrológico Nacional, ya que es «un grave error, además de ser inconstitucional» la política que pretende «atribuir la propiedad de los ríos españoles a cada Comunidad Autónoma». Menos mal que dijo algo razonable.

Para terminar dijo que «no hay espacio para políticos con minúscula», cuando es evidente que él sigue ahí, dando la lata, en manifiesta contradicción con lo que dice. ¿O es que él es un político con mayúsculas? La historia pone a todos en su sitio y él es un mediocre; claro que el actual Presidente de Gobierno es otro mediocre, pero eso no le hace a él grande.

KRUGMAN OPINA SOBRE ESPAÑA Y LA CRISIS

Paul Krugman, Premio Nobel de Economía de 2008, en una conferencia celebrada en la Confederación de Empresarios Andaluces, antesdeayer, pronostica al menos 5 años de crisis en España. Según él, nos espera un camino doloroso, o peor aún, en el caso de que en Europa haya una deflación duradera, extremadamente doloroso. Dice que nuestro país corregirá a la baja los precios un 15% de promedio y otro tanto los salarios, en relación a los del resto de la UE. Dice también que «es posible que España estuviese en mejor situación si no se hubiera unido al euro”. Menos mal que añadió que la incorporación de España al euro es irreversible y que no es planteable una salida, ni siquiera temporal, del euro, pues eso llevaría al caos.

Krugman es muy crítico respecto de cómo se está abordando el problema de la crisis desde la UE: «no existe voluntad en la Unión para tomarse esta crisis en serio; Alemania se ha opuesto a medidas serias y ha optado por un ajuste que es sólo maquillaje». Y luego añadió obviedades, como que Europa son muchos estados y que «falta capacidad de actuar de manera conjunta ante esta crisis». La salida a la crisis pasa por una política fiscal común, aunque se estaba refiriendo a una política común no sólo en Europa sino en todos los países del G-20. Aunque es pesimista y no cree en que vaya a salir nada así de la próxima reunión del G-20 a primeros de Abril: «si sale algo importante, será una sorpresa”.

Auguró tres años de deflación en el mundo y criticó duramente a Trichet, presidente del BCE: «Trichet dice que no hay riesgo de deflación, y yo me pregunto, ¿en qué planeta vive ese señor? Corremos un gran riesgo de deflación».

Considera también que el plan Obama, aún yendo en la dirección adecuada, es insuficiente. «Obama no tiene un plan de solución económica, sino de mitigación. Y eso es causa de preocupación». Respecto a las soluciones dice: ¿la salida a la crisis?: más inversión pública, mucha más, y en todo el mundo.

Aún siendo Premio Nobel de 2008, Krugman, a mi juicio, es más un genial divulgador y un gran periodista económico, que un gran economista, que, lógicamente, también lo es. Desde 2000 escribe en el New York Times desde donde ha fustigado implacablemente a Bush durante todo su mandato. Eso me gustó. Ha escrito más de 200 artículos y 21 libros –aunque sólo alguno de ellos académico, como Economía Internacional: La teoría y política”, la mayoría de sus libros son textos de divulgación-.

Paul Krugman está hoy de moda, es considerado un notable neo-keinesiano, pero no creo que vaya a pasar a la historia como uno de los grandes economistas. Tampoco va a ser, a mi juicio, el que haga la aportación clave para salir de este lío. Está demasiado ocupado por su labor divulgativa en detrimento de su labor como pensador. Y tiene -¿quién no?- algunos lunares en su historial. Por ejemplo trabajó para Enron en 1999, antes del escándalo de 2002, lo que le ha traído muchas críticas. También Entre 1982 y 1983 fue Asesor de Reagan en su Consejo de Asesores Económicos, pero cuando Clinton llega a la Presidencia no contó con él. Tal vez por eso se volcó en su labor periodística. Pero no es fácil repicar y estar en la procesión.

Yo no creo, contra lo que dice Krugman que España lo vaya a pasar peor que otros en esta crisis. Aunque lo más probable es que tenga razón él… y no yo.

En España tenemos suerte y nuestra posición de endeudados y de país no dependiente de sus exportaciones nos deja, curiosamente, al pairo de parte de los problemas de la crisis. En cuanto ganemos confianza, tendremos a nuestro favor nuestra propensión a consumir y, de otra parte, estamos ajustándonos a la nueva situación mucho más deprisa que otros. No hay más que ver las cifras de desempleo.

Ojo, ¡qué nadie me acuse de negar la terrible situación en la que estamos! No es eso lo que digo, no es que no estemos mal, pero no peor que otros. El tiempo me dará la razón: España va a salir de la crisis, que será larga, cuando salgan los demás, sino antes. Y lo de no estar en el euro, ¡no me lo quiero ni imaginar! ¡Aunque lo diga Krugman, con todos mis respetos, es una pésima idea!

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