REQUIEM POR EL NEOLIBERALISMO
El Gobierno sustituye al mercado. Se acabó la juerga neoliberal; se acabó el laissez faire laissez paser. El fin de fiesta está siendo un gigantesco castillo de fuegos artificiales que ya se parece más a una hoguera descontrolada que se va a llevar todo por delante. Pero con tanto dinero público disponible con prisas para comprar activos con escasa liquidez y contaminados, ¿cuánta corrupción se va a desatar en la administración de estos fondos? Lo anuncio ya: muchísima; lo veréis.
Estados Unidos, que había seguido una zigzagueante política de intervención-no intervención, pone ahora 700.000 millones de dólares de dinero público para la compra de activos tóxicos y aumenta la garantía pública de los depósitos bancarios de 100.000 a 250.000 dólares.
Reino Unido, que ya había nacionalizado Northern Rock y Bradford & Bingley y había aumentado las garantías de los depósitos de 44.500 a 63.500 euros por cliente, hoy quiere estabilizar el sistema financiero aprobando un plan para comprar acciones de los bancos que ayer sufrieron fuertes caídas que llegaron hasta cerca de un 40 % por importe de 62.000 millones de euros. ¿Lo estabilizará? La medida es una nacionalización parcial de la banca sin precedentes.
Alemania garantiza, a todos, todos los ahorros depositados en los bancos y rescata el Hypo Real Estate poniendo encima de la mesa 50.000 millones de euros.
Francia, Bélgica, Holanda y Luxemburgo ayudan a Dexia con 6.400 millones. BNP Paribas toma el control de Fortis. Holanda toma el control de las unidades de Fortis en Holanda por 16.800 millones. Bélgica, Holanda y Luxemburgo inyectaron 11.200 millones. Y han subido la garantía pública a los depósitos a 100.000 euros.
Suecia ha duplicado la garantía de los depósitos, hasta 500.000 coronas (52.000 euros).
Irlanda garantiza todos los depósitos durante dos años.
Italia planea un plan de capitalización de hasta 6.600 millones para Unicredit.
Islandia inyecta 10.000 millones en el sistema bancario.
En España el Tesoro va a financiar a la banca a largo plazo. Pese a que Pedro Solbes reiteraba, hasta hace nada, su fe liberal diciendo “el Ejecutivo no puede sustituir a los mercados”; aunque al tiempo – cosas de las dudas de fe – pedía que el Banco Central Europeo «debería ir más lejos y facilitar más liquidez y por plazos algo mayores a los mercados bancarios”. La forma de financiación es un fondo que adquirirá activos a la banca, lo que equivale en la práctica un gran préstamo por el que el Estado cobrará un interés. Todavía no nos han dicho el precio ¿cuánto cobrará el Tesoro a la banca por esto?, ¿qué comprará el Tesoro? Lo probable es que compre emisiones de titulización: o sea agrupaciones de créditos, que una agencia de riesgo habrá calificado como buenos – lo mismo que en EEUU, ¡qué miedo! – y cédulas hipotecarias: o sea bonos garantizados por estos créditos – ¡más miedo! –
En fin, me da la impresión de que algún carroñero de las finanzas estará, como el lobo de Caperucita, relamiéndose de gusto, pensando en el festín que se puede pegar haciendo el guarro al administrar estas gigantescas cantidades de dinero, dinero que es de todos y que al final, en parte importante, acabará en las arcas de algunos, no precisamente de los más pobres. No es demagogia, es análisis científico riguroso a la vista de lo ocurrido en la historia de la humanidad.
Y lo hacen para salvar un sistema financiero, ¿pero el sistema no es el que nos ha llevado a esta hecatombe?; y lo hacen porque es lo que nos conviene. ¡Ahhh, menos mal que alguien se preocupa por nosotros!
Hay que fastidiarse.
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