El blog de Gustavo Mata

Estrategia: Las reglas del juego en los negocios

NOTAS PARA EL CONGRESO DEL PP

Está claro que entre 160.000 lectores de EL MUNDO, dispuestos a rellenar la encuesta, Esperanza Aguirre y Rato son preferibles a Rajoy y Gallardón respectivamente. Ahora ambos, Aguirre y Rato, se enfrentarán en la final virtual del periódico.

¡Vaya primarias! ¡Qué cosa tan burda! ¡Vaya patada a la ciencia demoscópica! ¡Qué manipulación tan grosera!

Se puede ser crítico, pero, sin tomar por imbéciles a los lectores. A mí me gustan las primarias y los congresos abiertos de los partidos con más de una candidatura. A mí no me gusta Rajoy, ni Gallardón, ni Aguirre y me parece mejor Rato, a años luz, que cualquiera de los otros mencionados. Por eso los critico. Todos deberíamos hacer lo propio. De eso se trata con los personajes públicos.

Pero la forma de crítica que exhibe esta iniciativa de «elecciones primarias» en EL MUNDO me produce incomodidad física por obscena.

¡Ay que ver lo que hay que hacer para vender periódicos! ¡Prefiero ser profesor que director de periódico!

5 Comentarios

  1. La democracia occidental, querido maestro, está exhalando su último aliento. La soberanía ciudadana ha sido relegada a la mínima expresión. Disponen sus leyes los tenderos, los políticos están más atentos a sus luchas intestinas que alas necesidades del pueblo, y la democracia se «escenifica», porque su práctica no interesa a los librecambistas.

    Todo ésto no me hace pensar más que en una cosa, que la casta política ha agotado su tiempo y el poder que han robado del pueblo, debe ser restituido a este. En las barricadas nos veremos.

    Lord Daven, revolucionario.

  2. Este hombre, Pedro José, tendría bien merecido un escabroso escándalo público- ¡Uy! ¡si también lo tiene! No se guarda de nada, su majestad libérrima mundial.

    Lo que observo es lamentable hasta la naúsea, y me hace ahondar en mi diagnóstico. Qué semejante esperpento sea audacia y no penitencia, lo tendremos que pagar entre todos. ¿Como vamos a negar a este néctar de los talentos la capacidad prioritaria y amnipotencial para redactar y derogar leyes y sentencias? Nos usurpan hasta la verdad.

  3. Te estaba echando de menos Daven.
    Ya estoy de nuevo en España.
    Gracias por el comentario.

  4. Parece como si tuviéramos la necesidad de empatizar con éstas personalidades: Rato, Aznar, Rajoy, Aguirre, Camps o Zapatero, Bono, Montilla o Ibarretxe: Son todos ellos productos y nosotros consumidores, es lo que parece.

    Al tomar partido, perdemos nuestra soberanía, sin quererlo. Estos productos parecen destinados a cubrir nuestras necesidades de sentirnos satisfechos en nuestra soberanía. Nos gusta opinar y elegir: Rajoy, Zapatero, Ibarretxe…

    Salto como un pajaro a otro terreno. En los principios de los mercados capitalistas echo de menos un concepto importante, desde mi punto de vista: La «plasticidad» de la demanda. Desde el punto de vista teórico la demanda es soberana y sus necesidades son cubiertas efectivamente por los ofertantes, y añado, también creadas por éstos. La «plasticidad» del mercado es la capacidad que tiene la oferta de afectar a la demanda. La inversión de control en el mundo de la necesidad y del «valor de uso» (en el sentido aristotélico más puro). Publicidad, nuevas tecnologías, cultura e ideología influyen en una mayor o menor «plasticidad» de la demanda. El mundo del consumidor, en los tratados de economía clásica adolece de estatismo, su devenir no parece afectado por la actividad mercantil. Me pregunto si esta aproximación no es ya un análisis viciado.

    «Los precios del monopolio son una negación de la soberanía de la soberanía de los consumidores y de la democracia del mercado». Acción Humana – Ludwig Von Mises.

    La «plasticidad» de la demanda acrecienta el número de necesidades de forma, a veces artificial, otras necesariamente. «El automóvil es una molestia innecesaria» es un legítimo juicio de un caballero de principios de la era Fordista. Ahora mismo esa «molestia innecesaria» ocupa su lugar «necesario» en las aspiraciones de los consumidores.

    Con cierta luz, apartándome de los prejuicios, observo que el flujo de interacción entre oferta y demanda nos ofrece, desde la perspectiva clásica, una ilusión de independencia.

    En el mundo de las ideologías, bienes de consumo, productos desde la óptica del nuevo responsable de comunicación del partido conservador, se extrae de los modelos teóricos mensajes o «claims» que se esparcen (to spreed) sobre el público objetivo. Sobre estos mensajes se solapan rostros y actitudes en los que queremos reconocer «liderazgo». Los mecanismos de manipulación del marketing estratégico y comunicación intentan crear una «opinión pública». En todo este proceso, pensando en el bien de la nación o ideología X, el mundo de las necesidades previas o la soberanía (en el sentido de V.Mises) de los «consumidores» no entra en juego. Así pues la «soberanía» queda reducida a un mero «comprar» en un «lineal» meditadamente financiado y dispuesto para las «nuevas» necesidades derivadas de la acogida de «claims» que se han arrojado sobre una «opinión pública» debidamente adiestrada.

    Si el balance de éste sistema es un resultado de beneficio neto para los «consumidores» el mejor de los mundos posibles y la cuadratura del círculo liberal clásico es una realidad «antropológica».

    (dicho sea de antemano, es manifiesta la carencia de esta ciencia en cualquier tratado de economía exceptuando algunos socialistas)

    Dicho queda para la réplica y feliz debate

    Lord Daven, revolucionario

  5. Hola Daven, te contesto con un pequeño post aparte.
    Un abrazo.

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