En este artículo, publicado en el número 41 de Dirección y Organización, se trata de la condición de segmentabilidad de los sectores, la diferenciación en los mismos y la exclusividad; y se introduce un nuevo modelo espacial, complementario de la teoría de Edward Hastings Chamberlin de la competencia monopolística, que ilustra las ideas que se sostienen.
octubre 19, 2010 at 3:42 am
Esta reflexió sobre la diferenciación me lleva a comprender su aversión al concepto de Oceano Azul, tiene razón en esta oportunidad, ya que en el lienzo estrategico se establecen solo algunas diferencias, cuando estas son cero, ya no se encuentra en el lienzo estrategico del sector y se ha creado un nuevo sector, entonces el circo Solei no es un circo sino un nuevo espectaculo?, conoci a un caballo que tenia cuerpo de perro y cabeza de perro, entonces no era caballo, ilumineme con sus comentarios.
octubre 19, 2010 at 8:29 am
Yo no tengo aversión a casi nada, pero especializarse no es siempre la respuesta; especialmente, si no hay en qué especializarse, hacerlo es una idiotez.
La especialización es la respuesta lógica a las necesidades diferentes de cada segmento de un mercado en el que haya diferenciación, es decir heterogeneidad entre los diferentes segmentos. Pero si todo el mercado tiene una necesidad igual, susceptible de ser atendiada con ventaja con una única propuesta ¿en qué se especializaría el que quisera ser diferente, si no hay en qué?
Cuando no hay diferencias entre los competidores, no hay especialización, pero entonces no es que desaparezca el sector, es que no hay segmentos. Y eso no es lo que da lugar a que se cree un nuevo sector.
Deberías profundizar más, a mi entender, en el artículo.
Un caballo con cuerpo de perro y cabeza de perro… ¿No sería un perro?
Saludos.