Con los países desarrollados entrando con paso acelerado en una recesión general que promete ser duradera según todos los pronósticos y con las economías de países emergentes, que hasta hace poco esperaban no salir muy afectadas, arrastradas a la crisis, los líderes del mundo se reunirán la cumbre internacional de Washington para tratar de encontrar soluciones. Es una situación sin precedentes. Las medidas monetarias y fiscales que se han tomado y las fortísimas inyecciones de liquidez y la intervención directa salvando entidades financieras no parecen contener la hemorragia del enfermo que se desangra a chorros. ¿Qué hacer?
Se plantean para la agenda de la reunión algunas medidas como la reforma del FMI, en línea con el pensamiento de Keynes, para convertirlo en el banco central del mundo; la idea la apadrina el resucitado Gordon Brown, quien a su prestigio internacional creciente, a raíz de su firmeza al proponer medidas anti crisis – que llegaron hasta la nacionalización parcial de algunos de los bancos en dificultades – añade recientes éxitos electorales en elecciones parciales en su país. También se proponen medidas para supervisar efectivamente los mercados financieros y controlar de cerca a las agencias de calificación, así como una unificación de las normas contables que permita poder hacer análisis comparativos solventes: hoy las llamadas contabilidad creativa e ingeniería financiera rozan constantemente la figura de la estafa. De paso, y en una misma, tacada quieren hablar de la seguridad alimentaria, la lucha contra la pobreza, el cambio climático y el libre comercio.
Sarkozy como siempre tratando de parecer más alto propone «refundar el capitalismo», ¿qué será eso? Este caballero no tiene ni idea y no para de sacar pecho lo que le lleva a decir tonterías con una frecuencia preocupante.
Los principales líderes del mundo se reunirán, presididos por el amortizado George W. Bush, quien ha protagonizado la mayor parte de las políticas que han sido las causas del desastre, en dos sesiones de trabajo de hora y media cada una, ¿podrán arreglar algo en ese tiempo? ¡Cómo son tan listos seguramente lo harán y les sobrará tiempo para posar juntos y hacerse unas fotos de recuerdo!
noviembre 10, 2008 at 2:55 pm
Yo estoy seguro que en tres horas lo arreglan todo y les da tiempo para volver a ver Ben-Hur.
Y si está Zapatero además tendrán buena cecina que catar.
Un bufido de espanto, y váse al suelo reducido a cenizas
Lord Daven
noviembre 10, 2008 at 7:13 pm
Lo importante hagan o que hagan es que procuren atisbar en lo posible el mundo posterior a la crisis porque el actual ya está atrasado.
Pero no es fácil exponer al aire la pervertida trastienda del mercado cuando el poder y sus cómplices lo divinizan.
Es querer vender abanicos en la Antártida, y eso que no se trata de eliminar al mercado útil como gran distribuidor sino sólo de evitar que las inversiones y decisiones económicas condicionadoras del futuro se impongan obedeciendo a la lógica mercantil del dinero y no a los intereses vitales de la humanidad.
El lenguaje es pervertido para engañar, el mercado se diviniza como fuente y remanso de libertad. Y por si fuera poco se somete a la gente con el miedo a enemigos apocalípticos.
Habría que trabajar interdisciplinarmente.
“Le he dado a elegir entre la manzana pequeña o ninguna”. Así se usa y varía la libertad según para quién: el débil la quiere para poder elegir según su gusto y para eso necesita un árbitro regulando la operación. El fuerte la desea sin reglas ni control, para someter al débil según su voluntad.
Es como cuando se habla de liberalizar el mercado. ¡Fuera normas, nada de regulaciones! Resultado: el consumidor queda a merced de las condiciones impuestas por el agente regulador o económico: o las toma o las deja.
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Ishtar, blandiendo un arco por los cuatro elementos y el juego o humus economicus!!!